Inflexión, construcción de memoria

La demolición del Edificio Mónaco el pasado 22 de febrero de 2019, fue una iniciativa que surgió ante un pasado lleno de dolor por los miles de asesinatos y atentados que vivió la ciudad de Medellín; y lo que motivó a la creación de un parque, como una propuesta a la reflexión y recordación en honor a las víctimas, para así transformar nuestra memoria y volverla a recuperar.

Sí, el espacio que ocupaba el Edificio Mónaco se convertirá en un parque tributo, iniciativa de la Alcaldía de Medellín, quienes buscan también contar la verdadera historia del narcotráfico atribuyéndose a las personas que vivieron en esta época, llenas de incertidumbre, de muertes y de miedo.

Cuatro jóvenes egresados de la Universidad Nacional de Medellín, le apostaron a participar en un concurso público en el cual se solicitaba un parque cívico,un homenaje, un memorial. Tomás Del Gallego, joven de 28 años de edad y actualmente arquitecto independiente, se entera por redes sociales de esta propuesta, la cual le llama la atención por ser un proyecto que compete a la construcción de una memoria histórica, por consiguiente se contacta con Carolina Henao y Luis Felipe Zapata quienes fueron compañeros de estudio de la universidad Nacional de Medellín y también trabajaron juntos en proyectos con relación al espacio público, ejerciendo su profesión en una oficina llamada Arquitectura y Espacio Urbano durante 5 años; empresa que describe Tomás como una escuela, en la cual adquirió conocimientos y experiencia que luego les sirvió para crear su proyecto arquitectónico.

Un viernes cayendo la noche, Tomás del Gallego en compañía de su perro, me reciben en la oficina ubicada en el barrio Laureles de la ciudad de Medellín. Él se sienta para contarme cómo fue pensado este parque, quien lo diseña junto con sus compañeros, como un tributo y en reconocimiento de las víctimas del conflicto armado que se vivió por el narcotráfico entre el año 1983 y 1994.

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Las características principales que se requerían para este proyecto eran: que el 80 % del espacio fuera ocupado por zonas verdes y el 20 % por obras duras, y con esto los arquitectos que participan, escogen cómo hacerlo y crean desde diferentes miradas cumplir con lo solicitado. La convocatoria era abierta, pública e internacional.

El diseño de los arquitectos se destaca ante las 45 propuestas que también participaron, debido a la distribución de los espacios y la simbología trazada para recuperar la memoria de una ciudad.

El parque memorial Inflexión, quiere decir rompimiento de algo que es estático y se va construyendo. “Digamos que en la ciudad se rompió algo, siendo el narcotráfico un antes y un después en la historia de la capital, que transgredió todos los aspectos, lo cultural, lo económico y lo social, dejando una transformación, que busca dividir el parque en tres escenarios: en un antes, lo denominamos, La Esencia, que es un elemento escultórico, donde se podrán observar las frases que decían las víctimas que ya no están con nosotros”.

Así lo explica el arquitecto Del Gallego, con mucha seguridad y creyendo que esto generará un cambio de percepción en las personas (como los turistas), que irán buscando la casa donde vivió Pablo Escobar y se encontrarán con una historia contada desde la ciudadanía, donde el visitante concluirá desde su propio punto de vista si esto es de admirar o es de sentarse a pensar. El Parque es un ejercicio de Memoria

El segundo momento que Tomás lo reconoce como el más importante, lo llaman Inflexión y representa el memorial en un muro, espacio que al caer la noche será iluminado, y representará un elemento anónimo, pues no se saben los nombres de las personas fallecidas. Allí se verá reflejado en 46.612 perforaciones, el número de muertes que dejó la guerra en esa época, permitiendo a su vez la interacción y la libre expresión de los visitantes, por medio de elementos que se puedan adaptar, como una rosa, mensajes o velas, que van a permitir hacer un tributo a esa persona que ya no se encuentra.

Un escenario de reflexión donde se podrá rememorar el hecho para así ir superando por medio de un duelo, la violencia vivida en esa época… un memorial

Finalmente, plantean el último espacio dedicado a celebrar la vida, lleno de zonas verdes y representado por la naturaleza. La Resiliencia que quiere decir, superación de circunstancias traumáticas, en este caso, como la muerte de un ser querido, y que busca a modo de bosque urbano que las personas se encuentren con su esencia.

Tomás es motivado a apostarle a este proyecto de construcción social, con un gran sentimiento y pasión por lo que su familia vivió con el flagelo de la violencia en la época de los 80, su padre fue un sobreviviente.

“Lo que ha sucedido transgredió el panorama nacional, debido a que este fenómeno nos marcó a nosotros como colombianos, donde por fuera del país se nos estigmatiza, denotando al colombiano como el corrupto, el que lleva la coca, relacionándolo con Pablo Escobar, etc. Denotando que aún somos una sociedad víctima de la estigmatización por lo que se vivió tiempo atrás y lamentablemente por lo que aún se vive, aunque no como antes” dice Tomás. Hay que recordar la historia y cómo sucedieron los hechos

Desde su punto de vista y apropiación de lo que pasó en Medellín, su ciudad; Tomás contribuye con la propuesta de un parque pensado en la reflexión para reinvertir en los valores y la importancia de reconocer lo que sucedió para que esto no vuelva a suceder.

El parque Inflexión es un espacio que él también visitará y lo concientizará de su historia, al recorrer los senderos y soñar con una ciudad sin víctimas por la avaricia del ser humano y las consecuencias de un país donde las personas escogen la ilegalidad como una salida a sus necesidades.