Alma de tango

Por: Susana Ramírez

susana.ramirezcl@amigo.edu.co

 

Antes de subir al escenario o de presentarse ante un público, llama a su mamá para que le de la bendición. Pareciese que la trinidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo que caracterizan su fe católica interiorizaran su cuerpo, pues sus shows  siempre dan de qué hablar. Se ganó un Campeonato Metropolitano en el 2009, y aunque no tiene la habitación llena de trofeos,  su alma respira tango.

Desde hace cuatro años, Daniel Alberto Vasco Alquerque trabaja como instructor de baile en el Claustro de Comfama, generalmente, de 5 a 9 p. m. En las mañanas de lunes a viernes, estudia una tecnología en análisis de costos y presupuestos, en el Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM) de Medellín. Y el fin de semana labora de 8 a. m. a 6 p. m.

La sensualidad de los cuerpos que se mueven abrazados, con una conexión emocional entre compañeros tangueros y el sonido de las letras melancólicas que describen el sentimiento del cantante, generan el aplauso de un público que los admira. Ese es el espectáculo que se vio en A puro Tango, una academia ubicada en San Juan, donde Daniel y su pareja de baile, Jazmith Valencia interpretaron las melodías: derecho viejo y de florero.

Ese es mi profe hijuemadre-  se escuchó una voz al fondo de la academia

El evento organizado por el tanguero fue todo éxito, vendió las 120 boletas que compró en la litografía de una de sus alumnas. El dinero que le iban pagando por cada boleta lo guardaba en una billetera a parte para evitar gastarlo. Cada billete lo desdoblaba y juntaba cara con cara para después ponerlos de mayor a menor denominación.

Pero así no es de organizado para todo, tiene un tiempo muy limitado y por eso, su cuarto lo arregla cada ocho días. La tecnología de la que debería graduarse este semestre lo tiene estresado, con dos materias que no ha certificado, y con inglés que le huye desde que empezó a estudiar porque no le gusta, son el tormento que le va aplazar la graduación.

“Siempre me ha gustado ser el mejor en lo que sea que esté haciendo, pero no de mala manera, me gusta competir en buenos términos”. En las clases de baile no es igual a como es con su grupo coreográfico. A los segundos les exige más porque si algo no sale perfecto, es mejor que no salga. Eso fue lo que le pasó con Contabilidad, una de las dos materias que tiene pendiente para graduarse, como no iba a obtener una excelente nota, prefirió repetirla.

Daniel no puede pasar por una tienda de Arturo Calle sin entrar a “lolear”. Tiene quince pares de zapatos, los limpia cada vez que se va a poner un par, y cuando los va a guardar lo hace nuevamente. Es un ejemplo a seguir para su hermano menor de 18 años. Tiene cuatro hermanos, dos son hijos de su papá pero no de mamá.

Como instructor de baile empezó en la sede Bello de Comfama, y a principios de este año lo trasladaron para la sede San Ignacio. Los alumnos que tenía en Bello lo quieren tanto que se inscriben a las clases en la sede que le asignen al profesor. El próximo año, este joven bailarín de 25 años, se presentará con su compañera de baile a cuatro categorías: tango salón, tango escenario, milonga y vals. En enero en la feria de Manizales y de ahí sigue el campeonato de Cali, posteriormente Medellín y Bogotá.

Sueña con conocer Argentina, donde se realiza el Campeonato Mundial de Tango. Es amante de las motocicletas, aunque la única que ha tenido, una Yamaha fz16, lo acompaña hace casi cuatro años. Vive con su mejor amigo Jeison Martínez, que empezó siendo su profesor de baile. La semana pasada visitó la feria de vivienda y recordó una frase que le dijo un sabio profesor: “es mejor tener una choza en un barrio de ricos que una mansión en barrio de pobres”, a pesar de que aún no sabe dónde y mucho menos cuánto le costará esa meta.

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