Texto: Nicole Arcila Fotos: Daniel González
Sonidos crudos, voces rasgadas y letras cargadas de energía contestataria. Así suena el punk, un género que, más que música, es una declaración de inconformidad. Pero ¿cómo lo perciben quienes se acercan a él por primera vez?

El Grita Manizales 2025, uno de los escenarios más importantes para la música alternativa en la ciudad, reúne cada año a públicos diversos. En esta edición, el punk fue protagonista, y los asistentes primerizos mostraron una actitud abierta y respetuosa frente a este sonido que rompe esquemas.
El punk, según la Real Academia Española, surgió en Inglaterra a finales de la década de 1970 y proviene del término inglés punk, usado como sinónimo de “escoria” o “basura”. Más allá de su estética —cabellos en cresta y ropa rasgada—, este movimiento encarna una filosofía de independencia, anarquía y pensamiento crítico frente a la sociedad.
En esta versión del festival participaron siete bandas que mostraron la diversidad del género y sus fusiones con otros estilos. Peloegato mantiene la esencia del punk clásico; Bajado con Espejo combina la crudeza del género con matices de folk; Repudio apuesta por la intensidad del hardcore; Sick Morgan explora un sonido rápido y visceral; Pániko Satánico se inclina hacia el punk rock con letras de conciencia social; Mortis y los Desalmados sorprenden con su mezcla de punk y country; y Envidia Kotxina, representantes del punk español, aportan una mirada más global al cartel.



Todas ellas coinciden en un mismo propósito: denunciar, cuestionar y provocar reflexión. En sus letras resuenan la rabia, la impotencia y la crítica a los sistemas políticos, económicos y culturales. Como expresó Pániko Satánico, “muchas letras vienen desde la conciencia individual; creemos que la sociedad puede cambiar si cada persona empieza por mejorar desde adentro. Vivimos en un entorno violento y sin empatía, pero la música puede ser un canal para despertar”.
Para quienes se acercaron por primera vez al punk, la experiencia fue reveladora. Según Juan David Cruz, asistente del festival, “gritar y saltar al ritmo de estas canciones se siente liberador”. Y es que, más allá del ruido, el punk propone una catarsis colectiva: una forma de canalizar la frustración y convertirla en energía compartida.

El Grita Manizales 2025 invita a explorar nuevas sonoridades, dejarse sorprender y reconocer que, en la diversidad musical, también habita la posibilidad de comprendernos mejor como sociedad.
