Lo que empezó en Medellín como una tendencia musical alternativa se transformó en una gama de posibilidades rítmicas y armónicas. La evolución de la música dance se ha dado en los modos de composición y distribución más que en el desarrollo de una industria y cultura sólidas.

 

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A comienzo de siglo XXI, docenas de jóvenes empezaron a recorrer el camino del baile desde los sonidos extraños de la música electrónica. A pesar de que a Medellín llegó en la década de los años 70 con la influencia de la música disco, la electrónica empezó a generar identidades y a cultivar seguidores en las fiestas en las afueras de la ciudad, las conocidas en ese momento “raves” (reivs, por su pronunciación).

“Con las primeras ediciones del Red Bull Rave, realizadas en el hotel Las Lomas de Llanogrande, en 2000 y 2002, se empezaron a desarrollar estilos de vida a partir de la música electrónica de baile”, cuenta Henry Osorio Vasco, licenciado en Filosofía y DJ aficionado.

“El auge de la música electrónica en Medellín se dio con las presentaciones de los DJ internacionales Carl Cox y Tiesto, en el hipódromo Los Comuneros, entre 2002 y 2004”, recuerda Jesús David Echeverri Rivas, DJ y productor del sello Armada Music, de Holanda. “En esos momentos, la gente empezó a inclinarse por ciertos estilos rítmicos y armónicos dentro del dance”, añade.

El encanto de lo desconocido

Según Fernán Cardona Sepúlveda, DJ y productor desde 1988, “a partir de la década del 90 es cuando la música electrónica empieza a generar curiosidad en los antiguamente llamados «party peoples», realizados dentro de la ciudad, en espacios abiertos y, generalmente, gratuitos”.

“Las primeras fiestas se realizaron aproximadamente en 1990 en el teatro al aire libre Carlos Vieco, en el Parque de Banderas en la Unidad Deportiva Atanasio Girardot y en el primer parque de Laureles”, asegura Edison Carmona, DJ desde 1991. En ese entonces se escuchaba lo que se conocía como happy house: “música que sonaba toda muy parecida”.

Fue a partir de 1996 que se empiezan a generar espacios de socialización en torno a la música electrónica, ya no sólo como tendencia proveniente de la música disco y de otros estilos, sino como un género particular.

La primera discoteca donde la gente empezó a ir para escuchar exclusivamente música electrónica fue Plataforma, antes conocida como Lucho’s, (un centro de diversión de la comunidad gay). Fue allí donde comenzaron a tomar fuerza las ramificaciones del género y donde empezó a consolidarse la figura del DJ”, asegura Diego Serrato, fundador de la discoteca y DJ desde 1984.

El pinchadiscos

A finales de los 80, el discjockey no tenía mayor importancia. Edison Carmona recuerda que el DJ estaba escondido y a través de un hueco las personas podían pedir canciones. “La gente iba a las discotecas por el lugar mismo o por moda”, dice Carmona.

“La música disco fue el primer paso de muchos; fue el punto de partida para que el DJ se desarrollara como figura importante y central de una fiesta o reunión”, explica Fernán, conocido como Boom Cardona.

El punto más importante quizás es que ahora el DJ no sólo reproduce y mezcla discos sino que crea su propia música: “Antes era muy complicado producir: los computadores no eran muy populares y se necesitaba hardware costoso”, recuerda Mario Ochoa Ortiz, productor del sello Spinnin Records, de Holanda. “Hoy, en cambio, cualquiera, por la asequibilidad de software como Logic, Ableton Live, Pro Tools ó FL, puede hacerlo”, agrega.

Alejandro Aristizábal Mesa, integrante de la banda de rock Versu5 y DJ, dice que para producir música electrónica hoy sólo se necesitan ganas. “Antes, había que invertir más en tiempo y dinero, pero los frutos eran mayores. Ahora, es más fácil producir y difundir, pero el resultado no es tan notable debido a la gran cantidad de productores y canciones, por lo que hay mayor variedad musical pero menor calidad en general”, explica el productor, conocido como Alex Armes.

“Actualmente los DJ no gozan de la credibilidad de antes debido a algunos inexpertos, pero sigue siendo importante el esfuerzo del DJ como productor musical para mostrar la calidad del producto, cualquiera sea el género con el que se trabaje”, narra Julián Agudelo Arroyave, productor de Black Hole Recordings, sello discográfico de Tiesto, el DJ más popular del mundo.

Vitrina

“Ser deejay no es fácil”, asegura Mario Ochoa, también propietario del sello Avenue Recordings. Para él, no sólo fue difícil antes, cuando había que traer los costosos vinilos o long plays del extranjero: “Ahora con la Internet se han reducido las ventas de discos casi en un 90% por lo que la única forma de obtener ganancias es con la constancia en la producción musical para lograr contratos con sellos discográficos reconocidos, poder ser escuchado afuera y conseguir presentaciones en vivo”, cuenta el DJ antioqueño.

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A pesar de esto, varios productores locales han conseguido lanzar su música en los sellos más reconocidos del medio electrónico y sus canciones han sonado tanto en programas radiales como en presentaciones en vivo de DJ’s populares como Tiesto, Armin van Buuren, Axwell, Eric Morillo y Carl Cox, entre otros.

“Colombia, probablemente, será la más importante vitrina de música electrónica en Sur América y también de las más importantes en el continente”, augura Julián Agudelo, conocido como Julius Beat.

Lazos estrechos

La idea de la música mental y la música corporal de Jean Jacques Rousseau, antes tratada por Platón y luego desarrollada por Emmanuel Kant, contempla la música como “una fuerza inherentemente peligrosa y desestabilizadora cuando se asocia con el placer ocioso y la emoción física”.

Jeremy Gilbert y Edward Pearson, en su libro Cultura y políticas de la música dance, afirman que los ravers no inventaron la actividad de bailar toda la noche con estimulantes ilegales: “Los aficionados al soul del norte de Estados Unidos ya lo hacían a principios de los años 70”.

Los lazos entre ciertas músicas y las drogas son muy estrechos: “Con el dance pasó lo mismo que con el rock en los años 60 y 70; el problema en Medellín es que la droga haya pasado a un primer plano y la música al segundo, cuando nunca debió ser así”, anota Fernán Cardona, también profesor de la academia DJ Zentral.

Entre el público común se genera un hastío y se pierde el sentido: “Mucha gente ha dejado de ir a las fiestas por la música”, explica el profesor Osorio Vasco, al hacer énfasis en que “no sólo lleva a una degradación de la persona si no del género”.

Al respecto, Edison Carmona, conocido como Eddy Karmona, cuenta que “la música electrónica de baile en la ciudad pasa por un momento de decadencia, a causa, principalmente, del papel de las drogas”. Asegura que “siempre ha llegado gente seducida por las drogas: consumen temporalmente hasta que se cansan y se salen”.

Eso da cuenta de los altibajos en la construcción de una cultura popular pues, según David Berrío, DJ y administrador de la discoteca VIVA, “la música electrónica es utilizada para pasar por la etapa en la cual se siente atracción por algún tipo de droga”.

“Hoy el público está segmentado: Hay muchos que sólo relacionan música con drogas; otro grupo evolucionó con el género desde finales de los años 90 y ahora son seguidores que van más allá de las pistas de baile”, declara Santiago López, director del programa de música electrónica Supermix T.V.

“Hay pocos que realmente están interesados en comprender la música electrónica pues se requiere de un aprendizaje constante; es necesario escucharla no sólo en las fiestas o como medio de rumba, con el fin de conocerla y desarrollar un gusto real, que puede ir desde el jazz electrónico hasta la canción de moda en las emisoras”, manifiesta Sara Román, seguidora de este género musical.

Internet

La audiencia global de música electrónica se ha multiplicado, entre otras cosas, por el impacto de la Internet, la incursión del artista electrónico en otros espectros y géneros musicales y la presentación de DJ’s en certámenes internacionales.

La nominación de DJ’s a premios Grammy, en el caso de Andy Moor, David Guetta o Axwell; la aparición de Tiesto en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y la presentación de Deadmau5 en la última edición de los MTV Video Music Awards han generado interés en públicos, antes indiferentes con el género electrónico.

El grupo británico Above & Beyond recuerda que cuando ellos empezaron su carrera artística el único canal para llegar al público era la emisora Radio 1 de la BBC. “La música solía ser localizada, pero ahora, vamos a lugares en los que no sabíamos que teníamos seguidores”, asegura el trío inglés.

Daniel Rojas Blair, aficionado de la música electrónica, explica que “con un solo clic se dispone de emisoras como Di.fm, donde se pueden escuchar géneros desde el drum n’ bass o el gabber, pasando por el chillout o el ambient hasta llegar al techno o al trance”. “Por esto es que la música electrónica no es lo que suena solamente en una emisora local, como ocurre con otros géneros”, asegura.

Por otra parte, agrega que sin necesidad de gastar dinero se pueden conseguir los nuevos lanzamientos en sellos discográficos virtuales o sitios de descarga temporales.

Esto repercute en la manera en que sellos discográficos como EMI Music, tiendas digitales como iTunes Stores y sitios como MySpace, buscan alianzas para contrarestar las descargas ilegales.

No obstante, Billy Loaiza Rivera, aficionado de la música electrónica, cuenta que también hay gente que le gusta apoyar a los artistas, por lo que hay quienes compran las canciones en tiendas virtuales como Beatport a un promedio de dos dólares.

Escena

En Medellín se han presentado todos los DJ’s del Top 10 mundial a excepción de Armin van Buuren; algunos dos o más veces. Este año hubo fines de semana en los que se presentaron cuatro DJ’s internacionales de diferentes géneros en distintos sitios de la ciudad. “En ese sentido la música electrónica ha crecido”, añade el empresario Carlos Mejía.

Sin embargo, para Daniel Rojas Blair, esto no significa necesariamente que exista una cultura sólida: “Las asistencias masivas sólo se dan en los eventos con DJ’s populares como Tiesto o David Guetta, adonde la gente va por curiosidad o con conocimientos básicos sobre música electrónica; el público especializado sigue siendo muy reducido”.

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Rojas Blair rescata que “de los miles que van a bailar, algunos quedan impactados y es ahí cuando llegan adeptos a la escena; comienzan a investigar y a aprender de la música, no sólo por la fiesta, sino por el movimiento artístico y cultural que es la música electrónica.

Actos como los llevados a cabo por DJ’s internacionales como Jeff Mills, con la orquesta filarmónica de Montpellier; Paul van Dyk, con la orquesta sinfónica de Frankfurt; y de Armin van Buuren, con la orquesta clásica del norte de Holanda, donde se une la música clásica con la electrónica, dan muestra de las posibilidades de experimentación, tanto en producción de conciertos como en producción musical.

El concepto

Hay que entender que música electrónica es toda aquella que se hace a través de medios electrónicos y que sus orígenes se remontan al primer cuarto del siglo pasado, con el concepto de música concreta.
Albet Monserrat, autor del libro La música del siglo XX, explica que la obra de Edgar Varése en 1926 y luego de Karlheinz Stockhausen, en 1950, permitió enriquecer la música con las nuevas posibilidades técnicas de la época.

En Medellín se empezaron a dar muestras de ello con el grupo Estados Alterados, que en 1989, rompió los esquemas de lo que era la música rock en Colombia, al utilizar medios electrónicos para su creación.
Pierre Schaeffer y Pierre Henry, dos de los principales exponentes de la música electroacústica, dicen que, a partir de 1945, la música demostró su adaptabilidad al hacer posible a músicos de distintas tendencias la materialización de sus proyectos gracias al perfeccionamiento de los aparatos grabadores y reproductores de sonido.

John Szwed, sociólogo y antropólogo, cuenta en su libro Space in the place: the life and times of sun Ra, que el aspecto más importante del sintetizador, por ejemplo, como los demás instrumentos, es proyectar sentimientos, y esto está determinado siempre por quien toca dicho instrumento.

Para el DJ y productor británico Gareth Emery, estar acostumbrado a producir en el estudio y a reproducir y mezclar canciones y llegar e interpretar un instrumento ante un público es algo que atemoriza: “Afortunadamente cuando lo hice, en el concierto de presentación de mi álbum en el O2 Academy en Leeds, salió todo muy bien, las vocalistas estuvieron geniales y toda la gente involucrada en el proyecto hizo un trabajo excepcional”.

Los artistas electrónicos ahora no sólo se desenvuelven como DJ’s: Crean música para videojuegos, como el canadiense Arnej; musicalizan materiales audiovisuales del gobierno, como el australiano Tydi; trabajan con artistas de pop y hip-hop como el caso de David Guetta o le producen a estrellas como Madonna, en el caso de Paul Oakenfold.

“El álbum más reciente del DJ holandés Armin van Buuren fue producido con la colaboración de una orquesta de música clásica, una banda de rock, el productor de Robbie Williams, Guy Chambers, y vocalistas de varios géneros, produciendo un producto innovador al hacer fusiones musicales y mezclar todas las tendencias creativas”, cuenta Jesús David Echeverri, promotor de eventos de la empresa Life Group.

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