Por: paulacardonato@amigo.edu.co
Las Casas de la Cultura se han convertido en epicentros de encuentro y rescate de valores patrimoniales del arte y la cultura en el Valle de Aburrá. Éstas se identifican por crear y formar en diferentes escenarios y modalidades del arte, y fortalecer la formación artística en jóvenes. Son muchas las que se destacan en el Área Metropolitana como La Casa de la Cultura del municipio de Caldas, gestora de la música, pues cuenta con una de las mejores orquesta filarmónica del área en cuanto a personal. Por su lado, el municipio de Sabaneta cuenta con una Casa de la Cultura con teatro propio. La del municipio de Envigado de destaca por su actividad y desarrollo en la muestra de artes plásticas. Por su parte, las de La Estrella y Copacabana son referentes por su promoción y difusión de expresiones artísticas y culturales en instituciones educativas, barrios y veredas de estos municipios.
En Itagüí, la actual administración, volcó su mirada a lo cultural e invirtió cuatro mil millones de pesos con el fin de crear un plan de cultural, que se proyecta como modelos administrativos. La Casa de la Cultura de Itagüí es hoy un centro experimental para las artes, gracias a la intervención de Alcaldía Municipal con el apoyo de la Biblioteca.
Hacia la mitad del Siglo XX, la actividad artística y cultural en Itagüí tenía en don Diego Echavarría Misas y en su Biblioteca, un espacio en el que era posible acceder a los libros, la buena música, el teatro y las artes plásticas. La iglesia y la Sociedad de Mejoras Públicas habían hecho también un aporte importante para propiciar espacios y formar espectadores. A estas instituciones, y en particular a don Diego, hay que agradecerles una oferta cultural que hizo posible que las personas de este municipio disfrutaran de diferentes manifestaciones artísticas. Un esfuerzo que continúa y se prolonga en las nuevas generaciones.
A mediados de los años ochenta, cuando aquello de “trabajar, trabajar y trabajar”, no era una elección particular sino una necesidad nacida en las clases obreras y emergentes que comenzaron a poblar a Itagüí, aparece una idea tan loca como reveladora. Un grupo de personas del municipio se atrevió a pensar en el descanso como un derecho ganado. Aún más, decidieron ostentar su reposo en la calle y sostuvieron que ese momento podía ser lúdico y provechoso, que había que abrirle espacio a la música, al arte, a la diversión, al ocio creativo, al encuentro con los otros y a la conversación. De ahí, hace veintiséis años, nació el “Día Mundial de la Pereza”. Unos años antes se habían presentado actividades importantes como la celebración del Octubre Cultural y poco tiempo después, con la intervención de los entes gubernamentales del municipio, llega la Semana de la Industria y la Cultura que luego se llamará Semana Cultural, Industrial y Comercial para después cambiar su nombre por el de Semana Cultural Itagüí como te quiero.
Había pues un camino andado en muy poco tiempo pero también un horizonte claro.
De este modo, la gente había descubierto las múltiples puertas que el arte y la cultura podían abrir. Así, cuando el entonces candidato a la alcaldía Gabriel Jaime Cadavid Bedoya, comienza a formular su programa de gobierno, establece como estrategia de consulta la ejecución de cerca de treinta mil encuestas que indagaran por las prioridades de inversión que los habitantes de Itagüí reclamaban. Una vez elegido, estructura su programa de gobierno sobre dos ejes centrales: la cultura y el deporte, y desarrolla proyectos que buscan una mayor capacitación cultural, oferta de actividades y descentralización de los espacios.
Veinte mil millones de pesos se destinan a la cultura y es entonces cuando comienza a tomar forma una propuesta que estimula la práctica y la creación artística. De esta manera, las instituciones educativas, los espacios culturales descentralizados y la casa de la cultura, se convierten en escenarios de aprendizaje, práctica y creación de diferentes expresiones artísticas. Comienza un proceso que le apuesta al arte y a los artistas locales en el que más de siete mil personas resultan beneficiadas. Posteriormente, a partir de la creación de las mesas de trabajo, se articulan las diversas iniciativas y se dirigen hacia intereses colectivos
En 2010 llega el momento de visibilizar, de hacer públicos los resultados. El alcalde convoca a un “gran acto de graduación” en el que todos estos artistas van a ser los garantes del proceso que hasta ese momento se ha llevado a cabo. A través de las mesas de los sectores culturales y con el acompañamiento del Consejo Municipal de Cultura, el Consejo Municipal de Juventud, los rectores de las Instituciones Educativas, la Asociación de Comerciantes del Municipio y el Honorable Concejo, Itagüí se la juega toda en el proyecto “Renovación Cultural del Ciudadano, por un Itagüí Único”, y así empieza entonces este nuevo camino para los itagüiseños en las alas de la cultura.
ESPACIOS DE ENCUENTRO
Hay que reconocer que en Itagüí la cultura tiene un proceso consolidado. Ejemplo de ello, es su Casa de la Cultura, en la que 10 mil itagüiseños participaron en diferentes áreas artísticas, en formación y en oferta cultural en 2010. Así lo demuestra la consolidación de por lo menos un grupo artístico y cultural en cada barrio, vereda e institución educativa, y la participación recurrente de la población en eventos culturales realizados durante todo el año en los diferentes escenarios del municipio y las comunidades. “He asistido a varias presentaciones artesanales que organiza la Casa de la Cultura y me gustan mucho”, comenta Joanna Suarez habitante del Barrio El Rosario.
Esta realidad fue posible gracias a la descentralización de los talleres de la Casa de la Cultura hacia las 38 Instituciones Educativas del municipio, además de la conformación de varios centros culturales: La Montaña que Piensa, Las Chimeneas Culturales, La Casita de la Cultura y los Balcones de Sevilla.
Además, la Oferta Cultural cubrió la mayor parte del municipio, realizando alrededor de 306 eventos en los diferentes escenarios, como por ejemplo: la Andariega, El Festival Intercolegiado para las Artes y el Festival de Arte Comunitario. Así lo confirma Mario Correa del barrio Santa María 1:“Me gustan mucho los eventos teatrales y musicales, sobre todo los que realizan en la Casa de la Cultura”.
La articulación de los procesos culturales y la formación artística rebasó las metas del plan de desarrollo municipal de la actual administración, las cuales contemplaban un cubrimiento del 10% de la población, es decir unas 2.800 personas, puesto que en 2010 el número de personas vinculadas a los diferentes talleres culturales fue de por lo menos 10 mil. “En este año, gracias a la continuidad del proyecto y la inserción de otras organizaciones y centros comunitarios, la población se incrementó notablemente”, nos cuenta Nelson Rivera, Asesor Académico de la Casa de la Cultura.
AVANZA LA CULTURA
La casa de la cultura proporciona a sus públicos la formación, el entretenimiento y el arte, para fortalecer procesos de interés en la producción artística, consolida y apoya aquellas personas.
Valentina Suarez residente del Barrio El Rosario del municipio, comenta: “Estuve en un taller de cultura, por dos horas a la semana después que salía del colegio, en el que me enseñaron a realizar manillas, aretes y bolsos”. Gracias a la Casa de la Cultura y a sus focos de acción descentralizados, ha sido posible la participación y el disfrute de espacios que estaban muertos en el municipio de Itagüí.
Es el caso de la sede principal de la Casa de la Cultura que incrementó sus grupos culturales, por medio de talleres artísticos gratuitos, dotados de implementos para el desarrollo del trabajo artístico. Del mismo modo, la construcción de un teatro, 32 esculturas en peña y la apertura de talleres culturales en la Montaña que Piensa. Además, la recuperación del Parque de las Chimeneas, por medio de 30 talleres artísticos. Y ni hablar de la formación de más de 1.400 estudiantes en todas las Instituciones Educativas Públicas y sus sedes alternas y la creación de semilleros culturales por la paz en los diferentes barrios y veredas del municipio, confirma:Carlos Mario Posada, Profesional Universitario del Área de Desarrollo Cultural.
En estos dos años de operación, el proyecto no sólo obtuvo un excelente cubrimiento poblacional, sino que entre los habitantes del municipio ya se nota una mirada diferente, tanto de sí mismos como de su entorno. “Con este proyecto se busca una formación del ciudadano desde el punto de vista estético, con el fin de que afronte, de otro modo, los fenómenos sociales que viven”, afirma Jairo Cárdenas, administrador de proyectos de la Casa de la Cultura.
Por lo anterior, Ignacio Duque, un joven de 19 años, que pertenece hace año y medio al semillero de la Montaña, siente que este espacio cultural le ha dado una nueva visión a su vida: “he cambiado mucho, pues me he alejado de la calle. Además, este taller me hace sentir que estoy capacitado para hacer teatro, que tengo talento y ahora me siento como un artista, siento que poseo el don y quisiera seguir preparándome en este campo”.
Es importante anotar que la cultura de un pueblo es el resultado de su sistema educativo. La administración municipal lo sabe y a través de la inversión cultural en las diferentes Instituciones Educativas del municipio, quiere llevar procesos de formación artística y pensamientos distintos a las escuelas y colegios de Itagüí.
Además, “A través de este proyecto se busca que en 7 u 8 años los estudiantes tengan una dimensión diferente de la sociedad y otros pensamientos”, nos cuenta Nelson Rivera, Asesor Académico de la Casa de la Cultura. Así nos lo confirma María Fernanda Dávila de la Vereda El Pedregal: “En los últimos dos años, mi contacto con la cultura se incrementó, pues he participado de los eventos que ofrece la Montaña que Piensa, por ejemplo de las novenas de aguinaldos y de los talleres que ofrece la casa de la cultura”.
Cabe destacar a un artista, que hace 15 años labora como docente y actor cultural en el municipio de Itagüí, Wilson Zapata,músico y director de la Big Band La Otra Colombia, relata que en otras oportunidades, los músicos locales se presentaban en escenarios secundarios y con presupuestos más bajos. “Lo curioso era que muchos de esos músicos acompañaban luego al artista invitado y no solo compartían un escenario con todos los requerimientos técnicos sino que también, recibían mejor remuneración por trabajar con ellos”.
Juan Guillermo “Guillón”, profesor del taller de pintura y dibujo, habla sobre la importancia de darle rienda suelta a su creatividad para resaltar su personalidad y luego asesorarles en la parte técnica, “hay que dejar que el alumno rompa sus tabúes y plasmen en los dibujos sus imaginarios, reluzcan sus expresiones propias y desmitifiquen sus imágenes, todo lo lleva a una expresión del sarcasmo”.
Así, desde los diferentes lugares en los que la vida los ha puesto, y por supuesto desde las calles donde se encuentran, los itagüiseños siguen aprendiendo a mirarse a sí mismos, a recrear su propia historia y, sobre todo, a escribirla desde adentro.Se ha demostrado con este proceso que la cultura mantiene unido a un pueblo, que son más de 3.500 personas quienes se forman para liderar propuestas, que su presupuesto está invertido en sus gentes y en su memoria, por lo anterior, son las casas de las cultura de todos los municipios espacios para compartir y seguir creyendo en el arte y la cultura como lugares de construcción.