Sofia* llegó al local comercial con una gran sonrisa. Saludó a quien sería su acompañante esa tarde mientras tomaba asiento y pidieron sus bebidas, ella un café sin azúcar y su acompañante un té. Sofia comenzó a contarle la historia de su vida y como salió adelante después de ser víctima de una violación.
Ella nunca fue de las niñas más lindas de la clase ni hablaba mucho con las personas, hasta conocer a quien era su acompañante esa tarde, Sara*. Sara es una chica muy amigable y desde hace 8 años decidió acercarse a Sofia para intentar entender su forma de ser y el por qué de su soledad.
«Generalmente las personas víctimas del abuso desarrollan una personalidad cerrada, auto-aislandose de los demás con la intención de evitar que su abuso sea conocido por otros personas para evitar comentarios» dice la psicóloga infantil Martha Vélez
Pasaron los años y el cambio de Sofia fue evidente. Esta empezaba a abrirse al mundo y a compartir con sus compañeros. Ella consiguió un novio. Las cosas iban bien en su vida. Consideraba su pasado como algo olvidado.
En Colombia, este último año han aumentado las cifras de menores abusadas sexualmente. En lo que va corrido de este año, según el instituto colombiano de bienestar familiar (ICBF) han sido denunciados 2500 casos de abuso sexual a menores, aunque la cifra es alarmante puede representar solo un porcentaje de los casos que viven cientos de menores en Colombia. Leer mas aquí
Cuando tenían 15 años, Sara la invitó a una fiesta donde sus otras amigas también estarían, pero Sofia prefirió quedarse con su novio esa noche. Después de una pequeña discusión Sara cedió dejándole claro que su invitación seguiría en pie si aún quería tomarla.
Sofia tenía la casa para ella sola ese fin de semana, invitó a su novio quien no tardó mucho en llegar. Todo se prestaba para ser una entretenida velada de la joven pareja. Ella estaba recostada en su hombro mientras él seguía hablando del estudio. Hubo silencio. Minutos después Sofia estaba besando a su novio. Los dos se encontraban bien, pero ella sintió un escalofrió recorrer su cuerpo. Esta no pudo hacer más que salir del alcance de su amor y llamar a Sara mientras le pedía que fuera a su casa. Sara tardó menos de 20 minutos en estar allí.
«Las víctimas de abuso sexual quedan con grandes secuelas que les impide desarrollarse de manera afectiva de igual forma que quienes no han sufrido el hecho, es por esto que además de la personalidad cerrada, a la hora de establecer una relación sexual por gusto se ven cohibidas y asustadas, hechos que desembocan normalmente en crisis histéricas o ataques de pánico» complemento la psicóloga
Sara llegó al departamento de Sofia. El novio de esta ya se había ido. Una vez solas en la casa, Sofia estalló en lágrimas tomando a Sara por sorpresa, esta última ayudo a su amiga a tomar asiento. Su amiga tenía un ataque de nervios y su cuerpo se estremecía.
Sara, sabía que su amiga no diría nada hasta estar calmada. Lo primero que hizo Sofia al recuperarse un poco fue disculparse mirando como su amiga estaba elegantemente vestida y dándose cuenta de lo patética que debía verse con su ropa casual y la cara enrojecida por el llanto. Cuando Sara le manifestó su deseo de saber lo ocurrido, Sofia decidió que era momento de hablar.
“Fue a los 4 o 5 años que mi abuela enfermó y mi mamá se fue a cuidarla. Yo me quedé en casa, pero mi tía Sandra y su hijo se quedaron conmigo. Mi tía trabajaba en una pequeña tienda, entonces la mayoría del tiempo éramos solo los dos. Primero estaba bien, él me cuidaba y ayudaba con las tareas, pero mientras pasaba el tiempo las cosas se pusieron, no sé, ¿raras? » dijo con duda mientras intentaba disimular el temblor de voz. «Yo dormía en la misma habitación que él. Una noche el entró a mi cama y empezó a tocarme el torso del cuerpo, cuando se dio cuenta que yo estaba despierta paró y volvió a su cama, así fue durante algunas noches, pero siempre se detenía cuando yo despertaba. Mi abuela tuvo que ser internada en el hospital y mi tía decidió hacerle compañía a mi mamá allí hasta que la abuela muriera, entonces fue cuando pasó….»
Según un informe de la ONG Save the Children, las niñas con edades entre los 10 y los 14 años son quienes presentan mayor riesgo de ser víctimas de algún tipo de delito sexual, con aproximadamente 7.648 casos por año, lo que equivale al 40,52 por ciento del total de los casos. Leer mas aquí.
Sara tomó la mano de su amiga sobre la mesa como gesto de apoyo, indicándole “todo estará bien”. Sofia decidió terminar de contar todo lo ocurrido ese horrible día.
“En la tarde el empezó a tocarme, cuando le dije no, él siguió” contuvo un pequeño sollozo y mirando a los ojos de su amiga le dijo “me lastimó mucho” para luego ver sus ojos vidriosos con lágrimas contenidas. Ambas se abrazaron en el sillón del apartamento y Sara sostuvo a su amiga hasta altas horas de la madrugada cuando Sofia había caído rendida en un sueño.
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en el año 2016 se registraron más de 18.000 casos de presunto abuso sexual contra menores y en los últimos 3 años en el país, aproximadamente 39 niños y niñas son víctimas de abuso sexual cada día, siendo el agresor en el 41% de los casos un familiar.
En el local, ahora muchos años después, ambas se miran con ojos acuosos hasta que Sofia sonrió de medio lado y empezó a hablar de otros temas dejando ese horrible recuerdo atrás. Mientras su amiga Sara pensaba en la valentía de Sofia al ser capaz de hablar de aquello tan íntimo.
¿Cómo prevenir el abuso sexual?
La recomendaciones brindadas por la Save the Children son: reducir y cuidar las oportunidades de los cuidadores tienen para estar a solas con niños y niñas discapacitados y vulnerables, debemos escuchar a los niños y comprender qué quieren decir, pero especialmente, debemos entender que se esconde en lo que no dicen, entre otras. Más aquí. Save the Children. Educar a tu hijo acerca de los peligros de las personas desconocidas está bien, pero es más importante que tu hijo reconozca las dinámicas de una relación normal. Los padres no solo deben preocuparse por los extraños sino también por las personas cercanas al menor, pues en la mayoría de los casos son los agresores. Tener una relación cercana con los hijos es un paso importante, y estar pendiente si alguien quiere pasar mas tiempo con su hijo o si alguien insiste en abrazar, besar, tocar, hacer cosquillas o jugar a las peleas cuando su hijo no está buscando gestos afectivos.
*Nombres cambiados por petición de los involucrados