Barrio Aranjuez 20 de abril del 1999, se levanta Henry Arteaga, se da un baño rápido, se pone sus zapatos y desde afuera escucha el silbido de uno de sus amigos del barrio. Mientras el sale, a su madre le acelera el corazón, temiendo que Henry al salir por esa puerta se encuentre con el mismo fin de muchos jóvenes del barrio, las drogas y el jalón de un gatillo. Pero en la mente de este joven solo hay una cosa que ronda sin parar y es el hip hop, con un único propósito, y una sola meta -Formar su propia agrupación-.
Henry camina por el barrio, en una esquina escucha la música a todo volumen, en otra ve como una señora fríe empanadas en un fogón de leña, al fondo oye la algarabía de un partido de microfútbol y presencia como el tráfico de drogas envuelve a la mayoría de jóvenes del barrio. Finalmente se encuentra con Sergio, quien es su mejor amigo hace 12 años, ambos viven, respiran y sienten el hip hop, rapean en la cancha del barrio mientras sus amigos los encierran en una nube de marihuana en esta comuna 4, ubicada en la zona nororiental de Medellín.
Henry se autodenomina el Jke (“jeque”), porque considera estar logrando lo que para otros parece imposible, demostrar que la violencia en su zona, la presencia de grupos de limpieza social o los políticos, pueden interrumpir su propósito de construir al ritmo de la música. Arrancó con determinación un dúo con Sergio, “Pflavor”, en un panorama oscuro, pero con un objetivo claro: hacer del hip hop la mejor arma para empuñar.
“Crew peligrosos” fue el nombre elegido después de pensar varios meses, ‘Crew’ traduce “Viejo sabio” en el mundo árabe y ‘Peligrosos’ porque sabían que con su agrupación comenzarían a robarle los jóvenes a la guerra. Tomarse la calle desde el arte, transmitir en sus canciones un mensaje social capaz de generar oposición, Jke y Pflavor ya con un nombre que los representaría, se prometieron dejar el mejor legado para su barrio con su música.
Crew Peligrosos comienza a convertirse en la sensación del barrio, jóvenes identificados con sus letras, Jke y Pflavor deciden crecer como equipo y añadirle a su idea el acompañamiento del break dance y el grafiti, expresiones artísticas tan llamativas que incentivaran a los jóvenes de su barrio Aranjuez a ver en el arte y la música la mejor opción para emplear el tiempo, y dejar a un lado de idea de hacer parte de la violencia que los rodeaba.
Actualmente en la ciudad de Medellín es posible dar cuenta de una gran variedad de grupos de hip hop con la misma intención de plasmar en sus letras las experiencias de “Crew Peligrosos”, gran variedad de expresiones musicales por parte de jóvenes que llenan el espacio de sonidos y ritmos que demuestran que la ciudad puede bailar a otro ritmo.
Jke y Pflavor deciden formar una escuela llamada hoy en día ‘4 Elementos Skuela‘. un proyecto de formación gratuito que nace en el 2002, a partir del compromiso voluntario de los integrantes de Crew Peligrosos, quien para ese momento ya no eran solo estos dos jóvenes, ya tenían un corillo de adolescentes queriendo hacer lo mismo que ellos, deciden promover y perpetuar la filosofía de intercambio abierto del conocimiento y la experiencia en las artes, como una estrategia para la proyección colectiva e individual.
4Elementos Skuela, se convierte en un lugar lleno de aulas donde se ven bailar a cientos de niños niñas y jóvenes de todas las edades y etnias. Donde se escuchan los “beats y scratches” de los DJs. Donde las paredes se visten de las obras de sus artistas de grafiti, y donde el ingenio de los MCs (raperos) para contar historias, captura la atención de todos. Estos 4 Elementos, o expresiones artísticas, ofrecen oportunidades a jóvenes de todas las sensibilidades. Y al mismo tiempo, la interacción cercana entre todas las artes (música, baile, artes plásticas y literarias), ofrece un universo de posibilidades para la creación conjunta.
El programa de formación que llevan a cabo no es apoyado por ningún ente gubernamental, pues los Crew lograron encontrar la forma de ser auto sostenibles. El aliado estratégico ha sido la Fundación ABC, que, gracias a su compromiso y estrategia de auto-sostenibilidad y crecimiento, el trabajo de formación está presente en corregimientos cercanos a Medellín como Palmitas, Manrique, San Cristóbal y El Retiro, entre otros.
Ahora, siguen componiendo sus canciones por el respeto a la tierra, a la bandera, a su barrio, a las mujeres, a las madres, a los territorios y a las diferencias de la sociedad, acompañado por instrumentos colombianos. Sienten la necesidad de mostrar una idea compacta y coherente de lo que es el Hip Hop, y mostrar lo que gracias al sueño que tenían desde jóvenes, hoy en día es realidad. Quieren inspirar a los corazones de los ciudadanos a dar amor para derribar los muros que separan la humanidad.
