El científico suizo Víctor Frankenstein, es un hombre joven, ambicioso, pulcro y disciplinado, quien en su afán de igualar a Dios, le da vida a una criatura que resulta ser una abominación por la que se maldice. Un engendro que protagoniza la novela “El modelo Prometeo” o como se conoce popularmente “Frankenstein” de Mary Shelley.
Su creación, quien se autobautiza con el apellido de su autor, es de estatura alta, piel amarilla, dientes muy blancos, cabello largo y negro, cicatrices pronunciadas y ante todo un desahuciado por la soledad, pues era un ser que buscaba ser aceptado en un mundo donde no encajaba. Un monstruo que le implora a su creador, le regale una mujer igual a él, una que pueda llenar los vacíos que sentía en su corazón, prometiendo a cambio no hacer daño a la humanidad.
Frankenstein en su desespero y soledad, comenzó a confrontar a Víctor, quien ignoraba su petición, un hecho que lo llevó a asesinar a la esposa de su creador. El científico, destrozado por la tristeza y decepción, encaró a su obra, a quien impulsó a matarlo, después de este suceso sus penas fueron tan grandes que Frankenstein tomó la decisión de arrojarse de una ventana al vacío esperando el próximo barco.
A 200 años de la publicación de esta novela, su entrañable monstruo sigue siendo un reflejo del acoso de nuestras fantasías: no solo querer ser dioses sino, también querer insuflar vida a engendros a partir de cuerpos muertos. Esta es la razón, por la que Frankenstein fue escogido como personaje del año por Comfenalco Antioquia, un personaje representativo de la literatura, muy querido por los visitantes a la Feria del Libro y la Cultura de Medellín en su versión 2018.
Según Viviana Ramírez, promotora de la lectura de la Red de Bibliotecas de Comfenalco, Frankenstein ha generado mucha curiosidad entre los visitantes, principalmente entre los niños que visitan este estand, pues viven una experiencia llena de fantasía. Así fue como Santiago de Jesús Cobo López, un niño venezolano, disfrutó de esta experiencia literaria con el mencionado personaje, participando de las diferentes actividades lúdicas.
Por su parte, Julián Pérez Quintero, promotor de la lectura, resalta que gracias a la interactividad del lugar, los visitantes se conectaron fácilmente, pues se generó curiosidad tanto en niños como en jóvenes y adultos.
Frankenstein abandonó su tristeza para acompañar a los visitantes de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín y, brindarles así una experiencia literaria única, que a partir de actividades interactivas llenó de alegría a muchas personas.