Ana Castañeda, Mateo Laverde, Luisa Arenas y Daniela Ochoa
La informalidad en Medellín es una de las maneras de subsistencia más comunes para algunos ciudadanos, el 40.4 % según el DANE. Actualmente, estas personas se han visto afectadas por la contingencia sanitaria por causa del COVID-19, que llevó a toda la población a someterse a una cuarentena nacional establecida por el Estado, sin poder salir a vender sus productos y con ello la falta de sus ingresos diarios.
Jerry tiene una carreta y recicla en San Javier; el viernes los recicladores se abstuvieron y él logró un buen viaje. Espera que el martes abran el acopio y se la compren para pagar otra semana de pieza.
— Universo Centro (@UniversoCentro) March 24, 2020
Ignacio Paniagua, mecánico de profesión, es uno de los afectados por esta situación, según él, esta emergencia ha sido muy dura, pues es un trabajador independiente que debe salir a conseguir el alimento todos los días. Afirmó que la cuarentena lo ha afectado mucho porque “trabajo al día a día, trabajo en el día para comer en la noche y ya no hay nada que hacer por que está todo cerrado”, mencionó a Azul Naranja.
Además, expresó que ha pasado necesidades debido a que no cuenta con recursos para solventar esta situación causada por el virus. Así como él, según cifras registradas en 2019 por el periódico El Colombiano, 792.000 mil personas viven de la informalidad en la capital antioqueña, pues su única manera de sobrevivir, es salir a las calles día a día para rebuscársela.
A nivel nacional la situación no mejora, pues de los casi 50 millones de habitantes, el 47.7 % de la población de las 23 ciudades capitales, viven también de la informalidad según cifras oficiales del DANE.
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Ante esta coyuntura, el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Trabajo y Hacienda, ha establecido unas ayudas humanitarias para más de 3 millones de personas que se encuentran en esta posición. Por medio de los distintos canales de comunicación y redes sociales del Gobierno, desde el pasado 23 de marzo se está dando a conocer que esas ayudas vendrían en forma de subsidios, los cuales se podrán retirar en un monto de 160.000 mil pesos para tratar de solventar sus necesidades básicas.
Eddy Mosquera es barbero independiente, contó a este medio que las ayudas del Gobierno no lo benefician porque “son ayudas para personas que estén cotizando y yo no lo hago por ser independiente, por eso automáticamente no recibo ninguna ayuda”.
Es por esto que muchos vendedores informales se ven en la necesidad de salir a las calles a rebuscarse el alimento del día aun con miedo de contraer el virus. “Este virus va a afectar a muchas personas y tal vez a nosotros también. Pero sí me da miedo eso y de la situación económica que se venga, pues muchas cosas van a pasar, cuando la gente no tenga dinero, ni comida, van a comenzar a saquear almacenes y a robar para poder sobrevivir” aseguró Ignacio Paniagua.
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No obstante, Valvanera Arenas, abogada profesional y a quien la cuarentena también ha afectado debido a que no puede realizar los procesos judiciales, actividad que normalmente le genera sus ingresos, manifestó que las medidas adoptadas por el Gobierno no se pueden clasificar entre buenas o malas debido a que “nadie puede identificarlas, ni siquiera el mismo gobierno, pues no se cuenta con un sistema de censo que de las verdaderas cifras de cuáles son los vendedores informales que hay”.
Por esta razón, la gran mayoría de los vendedores informales están a la expectativa de algún otro pronunciamiento del Estado acerca de las ayudas, como también, de saber cómo van a seguir afrontando esta pandemia sabiendo que no poseen ahorros y no tienen forma de salir a ganar dinero.
Por otra parte, sus preocupaciones también se centran en el tiempo que esta cuarentena dure, pues inicialmente va hasta el 13 de abril pero podría alargarse mucho más debido a la propagación del virus.
Como muestra de esto, Eddy Mosquera declaró que su miedo es que esta emergencia se extienda puesto que “si aumenta, por obligación toca salir a buscar el sustento o hacerse algo para por lo menos tener lo básico que es la alimentación”.
Por estas razones, los venteros informales no saben a qué tenerle más miedo en estos momentos, si a un posible contagio de COVID-19 por tratar de conseguir algo para sobrevivir o aguantar hambre debido a la falta de ingresos con los cuales se puedan solventar en esta situación crítica.
De igual manera, siguen esperando algún pronunciamiento por parte del Gobierno para saber si existirán más ayudas para esta comunidad que en el día a día de esta pandemia, tiene que luchar contra dos adversidades: contagiarse del virus o aguantar hambre.