Por: María Fernanda Taborda Ciro
A las 7:00 de la noche del 28 de abril del 2022, el auditorio Hernando Aristizábal Botero de Manizales (Confa) se llenó de aplausos, gritos y euforia al presenciar la agrupación manizaleña Iris, conformada por siete integrantes; algunos de ellos con discapacidad visual, pero todos con luces propias para brillar en el escenario.
El concierto, denominado “Sin barreras”, se basó en un proyecto de empoderamiento y fortalecimiento de procesos musicales, producido por Vive tu Música, con el respaldo y apoyo del Instituto de Cultura y Turismo de Manizales. Se elogió la música tropical, interpretada por Felipe Franco Quintero, Sergio Bermúdez, Luis Dorlan Rendón, Marco Tulio Vélez, Luis Eduardo Malaber, José Manuel Villegas y Carolina Loaiza, los artistas que con su talento y carisma cantaron y tocaron pistas como Cumbia triste, Pecadora y Tú me recordaras.
No hizo falta animar al público, los artistas demostraron, con su talento, que las limitaciones solo habitan en los imaginaros de las personas y que para llegar al público solo necesitan transmitir su pasión por la música; una pasión de la que ellos afirman siempre los llevará a otro nivel, uno del que definitivamente no quieren bajar.
En el auditorio conmovieron a cada persona, desde sus allegados, hasta el personal que trabaja con ellos y aquellos que apenas los estaban viendo por primera vez, como lo narra Alejandra Uribe, productora del evento: «El grupo nos muestra que no se tienen barreras para realizar alguna actividad cuando hay amor y convicción de lo que se desea hacer, especialmente para dedicarse a la vida artística».
La discapacidad visual adquirida por los integrantes de la agrupación llegó por diferentes motivos: a causa de un accidente, una enfermedad o es una condición dada en el nacimiento, pero jamás les impidió tener la oportunidad de dedicarse a hacer música y a través de su arte complacer a la audiencia y sentir aquello que algunos llaman “escalofrió” al subirse a un escenario, como relata Luis Dorlan Rendón, percusionista menor de la banda.
Esta hermandad, denominación que sus integrantes le otorgan al grupo, inició con una idea de Felipe Franco de crear una agrupación de personas invidentes. Con el paso del tiempo, esta idea empezó a tomar forma y hace cuatro años y medio se pudo hacer realidad. Cada uno de ellos creyó en el proyecto y, hasta el día de hoy, Iris cuenta con las mismas personas que iniciaron este sueño, así han constituido una familia y lazos afectivos como compañeros y músicos.
Su principal motivo de unión se debe al amor por la música, pues más de uno la pone en práctica y ejerce aproximadamente hace 30 años y, como afirma Carolina, “la música es una bendición, una alegría, fuente de expresión y creatividad».
“Además del tema musical, algo que nos ha aportado desde lo personal es el trabajo en equipo, todos tenemos un rol y cumplimos una función dentro del grupo, eso nos ha permitido acoplarnos y ha sido fundamental para el crecimiento”, narra Luis Dorlan.
Aseguran que lo que los impulsa a subirse a un escenario va mucho más allá del recurso económico que consideran necesario para vivir, la alegría que se siente al realizar el show es incomparable para ellos. “El alimento de todo artista es precisamente los aplausos del público, la aclamación, la histeria, todo eso hace que nosotros nos entreguemos más como artistas a ustedes porque ahí es donde sentimos esa expresión de cariño, esto nos motiva a seguir adelante”, afirma Luis Eduardo.
No quieren que los miren como personas con discapacidad que tocan algún instrumento, por el contrario, pretenden que los vean como músicos que tienen una discapacidad, precisión completamente diferente, ya que por encima de lo que comúnmente llamaría la atención está su capacidad como músicos.
Por último, quieren que tanto entidades públicas como privadas los contraten para diferentes eventos y comprendan que esta agrupación cuenta con todas las capacidades y el potencial para hacer vibrar a más públicos con su talento.