La convicción de ser patinador

Por: Nicole Arcila

(Transmisión en vivo de los World Games – Argentina 2022)

El periodista deportivo y director comunicativo de la Federación Colombiana de Patinaje Herich Frasser narra lo siguiente:

 – Quedan dos vueltas, está en caliente la competencia, la vivimos desde el territorio argentino. Trenzan en este momento la curva, se acomoda el colombiano, ataca el portugués y el español. Última vuelta, Colombia se puede llevar el título mundial. ¡COLOMBIA, COLOMBIA se va para el remate definitivo!

¡Ay, caída! ¡Ay, caída! Se cayó el portugués. Colombia se viene para la medalla de oro, ¡CANTELO, CANTELO! ¡ COLOMBIA – INDIA! – ¡COLOMBIA – INDIA! ¡COLOMBIA, COLOMBIA, COLOMBIA! ¡ORO! ¡ORO PARA COLOMBIA! ORO, ORO, OROOO! ¡Remata de una manera espectacular, Pablo se lleva el título mundial! ¡EXTRAORDINARIO, EXTRAORDINARIO lo que se está viviendo aquí!

Cortesía Pablo Felipe Marín Serrano

Pablo Felipe Marín Serrano se corona Campeón Mundial en la prueba 10 mil metros eliminación en la categoría juvenil varones. Estás fueron sus palabras tras ganar su primer título mundial: – “La verdad ha sido un regalo muy bonito que Dios me da hoy, desde hace mucho tiempo lo soñé. El año pasado lo anhelaba inmensamente, pero tuve una caída, Dios no se guarda nada, y cuando uno trabaja, y lucha por sus sueños, se cumplen”.

Sin embargo, han pasado 20 años desde que un patinador caldense no se coronaba campeón del mundo, ni conformaba la Selección Colombiana de Patinaje de velocidad.  Para llegar a este punto Pablo tuvo que superarse así mismo. Su historia comienza así…

(Manizales – Caldas)

Pablo Felipe desde pequeño practicó muchos deportes, alguno de ellos fueron el fútbol, baloncesto, hasta gimnasia artística. Cuando tenía ocho años, él recuerda; – “íbamos caminando con mi papá y mi hermana, pasamos por el estadio y vimos la pista llena de patinadores dando vueltas. Ahí, mi hermana dijo; – eh, qué chévere aprender a patinar”. 

Él respondió; – “sí, sería chévere”.

En compañía de su padre se dirigieron a la Liga Caldense de Patinaje, bajaron las escaleras de la pista y subieron a la oficina de la Directora. Una vez que les hablaron acerca de este deporte y su historia en Caldas, Jhon Carlos Marín Márquez (su padre), les pregunta:

– ¿Ustedes quisieran aprender?

Ellos respondieron: – Sí papá.

Esa misma tarde salieron en búsqueda de sus primeros patines, pero al darse cuenta que eran costosos, empezaron a buscar en San Andresito, así fueran de segunda, ya que la idea era simplemente aprender a patinar. Pablo recuerda: – “Buscábamos, buscábamos y buscábamos, pero no encontramos algo que se adecuara al presupuesto de mis papás”.

Al llegar la noche e ir a casa de los amigos de Jhon, él les comentó que sus hijos empezarían a practicar patinaje de velocidad, pero aún no encontraban algo que él y su esposa pudieran pagar. Así que, ellos dijeron; – “no, pues nosotros tenemos unos patines ahí guardados, pues si les sirven, de una”. Contestó uno de sus amigos. Pablo, recuerda con gracia que a su hermana le prestaron unos patines de cuatro ruedas como de hockey, y a él le prestaron unos en línea, y dice; – “viejísimos”. Sonríe al recordarlos.

Al día siguiente empezaban las clases en horas de la tarde. Pablo recuerda mucho esa primera clase, porque prácticamente no sabía pararse en los patines, y mencionaba que: -“ yo con ocho años ya, y veía niños, no sé, de cuatro, de cinco, moviéndose como si nada, yo dije, ¡uy, no! Estos no me pueden ganar”. El entrenador en ese momento le dio  algunas bases, y en esa primera clase salió patinando, lo que muchos no logran a la primera.

Pablo Felipe en sus primeros pasos en el patinaje de velocidad

Pablo Felipe, en su proceso inicial pasó por distintos entrenadores, a medida que iba escalando de nivel en la Liga, cada profesor veía un potencial en él. Su primera etapa no duró demasiado, ya que en menos de un año se encontraba en el quinto y último nivel. Luego de llegar hasta esa categoría, escoge el club Milenium Sobre Ruedas para prepararse como un patinador de alto rendimiento.

Se llega su primer entrenamiento en la categoría de novatos y tras casi dos meses le compran sus primeros patines profesionales, a medida que iba entrenando con ellos fue elevando su nivel, hasta el punto de llegar a participar en su primer nacional en la ciudad de Barranquilla en la categoría de menores (10 años).

 – “Yo me acuerdo que eso fue algo como súper especial para mí, yo con patines nuevos. Bueno, una cosa pues de locos”. Para aquel nacional, Pablo asegura que nunca sintió nervios, alude a ello, diciendo; “me voy a Barranquilla, a la playa, al mar y pues a competir, a disfrutar realmente”.

En esta primera experiencia a nivel nacional, Pablo se pudo traer dos medallas, quedando en la quinta y sexta posición, lo cual produjo en él motivación para seguir entrenando.A partir de ese momento, el deportista empieza a entrenar con mayor frecuencia en compañía de su padre, para mejorar las fallas técnicas que le ocurrieron en aquella competencia, porque su objetivo era ganar tanto en pruebas de fondo como de velocidad.

Cortesía Pablo Felipe Marín Serrano

El siguiente campeonato nacional se realizó en la ciudad de Cali,  Pablo se lleva una medalla en la primera prueba de velocidad, donde en compañía de su padre y en un acto de confidencia se dijeron; – “Sí se podía”. Al transcurrir el tiempo, se llega la convocatoria para ser parte de la Selección Caldas e ir a disputar el campeonato de Interligas en la ciudad de Cartagena, donde se gana su cupo en la categoría de pre-juvenil (14 años), estando en categoría Junior (13 años). Una vez estando en el campeonato Pablo consigue clasificar a la final de los 1000 metros pista, quedando en un séptimo lugar.

El interligas fue el inicio del proceso, apoyo y acompañamiento de su actual entrenador Ramiro Riveros, quién al terminar aquel torneo se acerca a la madre de Pablo, diciéndole: “Ese pelao quedó a nivel nacional de séptimo, en una categoría más grande, y por los tiempos y exámenes físicos, ese pelao tiene con qué ser Selección Colombia y campeón del mundo”.

Pablo Felipe, sin enterarse de lo que le había comentado Ramiro a su madre, sigue entrenando, pasa a la categoría pre-juvenil y lo escogen para ser parte del primer Campamento con la Selección Colombia, donde tuvo la oportunidad de entrenar con los campeones del mundo más representativos en la historia del patinaje. En aquel momento surge la meta de ser parte de la Selección Colombia.

Sin embargo, el ir avanzando en su carrera deportiva también implicaba momentos de dificultades en los procesos de su formación, ejemplo de ello fue cuando pasó a la categoría juvenil, en donde estuvo todo un año entrenando, entrenando y entrenando, trataba de coger alguna medalla, pero no logró el podio. A pesar de esta situación, su camino empezó a tener otro rumbo, debido a que tras ese año tan difícil para él, sus logros aumentaron sumando las preseas de bronce. Luego para su ultimo nacional en la temporada, consigue ganarse una medalla de oro en la ciudad de Ibagué en la prueba de eliminación, la cual se corrió en un clima lluvioso.

Después llega la Pandemia por Covid – 19. Todo se frena menos para él, sigue entrenando pidiendo asesoría de Ramiro, volviéndose el cronómetro su mayor competencia, y al retomar los campeonatos, Pablo en su segundo año en la categoría juvenil, logró ganarse de manera consecutiva cuatro diferentes certamenes nacionales, quedando en todas las pruebas en el primer puesto.

Tras estos logros, este deportista logra obtener un cupo en la Selección Colombia, en donde menciona que; – “Fui un afortunado, porque esa fue la última selección en la que estuvo un Andrés Felipe Muñoz, Pedro Causil, Daniel Zapata, Óscar Cobo, Edwin Estrada, que me acogieron y me apoyaron”. El haber pasado a ser parte del equipo colombiano, fueron momentos en los que salía llorando después de los entrenamientos, debido a que entrenaba al mismo ritmo y exigencia de la categoría de mayores.

Al llegar el campeonato Mundial que se disputaba en la ciudad de Ibagué – Colombia, y no encontrarse en su mejor momento deportivo, el caerse en este torneo, Pablo admite que se le pasaron mil cosas por su cabeza, una de ellas fue la de no saber si continuar patinando. Sin embargo, Ramiro lo apoya, le da consejos, lo ayuda a levantarse, empiezan otra vez a entrenar, Pablo vuelve a clasificar para ser parte de la selección Colombia y logra dos títulos mundiales, y una medalla de plata en Argentina – 2022.

Después de dicho campeonato mundial, Ramiro decide darle un tiempo de descanso a Pablo para bajarle las cargas, y empezar la preparación a los Juegos Nacionales del Eje Cafetero 2023, donde según desde su experiencia y proceso de formación junto a Pablo, menciona que: “Nunca se ha tenido un declive en el proceso con Pablo, porque siempre se han tenido objetivos claves y los afrontamos con mente firme”.

Las derrotas, siempre se las han tomado como aprendizajes, donde después de cada prueba realizan un ritual de análisis de cada carrera. Todo este proceso deportivo de Pablo Felipe, en compañía de su entrenador, familia, amigos, compañeros de selección y patrocinadores, han sido claves para el éxito de su carrera como patinador profesional, donde además al día de hoy pudo obtener su título como campeón de los Juegos Nacionales del Eje Cafetero 2023, es campeón de Europa y Panamericano, además Pablo se proyecta en el patinaje de velocidad sobre hielo, para ser parte de unos Juegos Olímpicos de Invierno y coronarse campeón mundial en la categoría de mayores 2025

Si deseas conocer mas sobre este deporte te invitamos a escuchar el siguiente podcast:

Narrativo, Perfil, Voces