Texto: Stefanía Herrán Paniagua – Fotos: Daniel González
Han regresado los 3 días del Festival Grita, un espacio que pareciera renacer de las cenizas y tal como su nueva figura, el dragón, se presenta con la fuerza de nuevas bandas, países invitados, nuevos públicos y la energía renovada. Tres días intensos en los que la ciudad vibró al ritmo del reggae, el punk, el rap y el metal, reafirmando su lugar como un epicentro cultural y musical en Colombia.
La primera fecha del Grita comenzó con una variedad de rock, ska y reggae. Un día en el que cada banda que pasaba dejaba la expectativa más alta que la anterior. Desde Zalima, Eron, Kandall y Fallo a favor, se empezaba a sentir que regresaba uno de los mejores y más importantes festivales de rock del país. Una de las bandas que más sorpresa dio fue “La Monkey band”, agrupación bogotana que fusiona ska, Punk, rock, Funk, disco y hardcore. Ellos fueron los encargados de poner a bailar a todos los espectadores; su puesta en escena y su energía hicieron que Expoferias se estremeciera en un solo furor, “Disfrutamos cada una de nuestras canciones, la gente las bailó, las vibró, las sintió” – Vocalista de La Monky band.
Fueron muchas las sorpresas que nos dejó el primer día: bandas inéditas que dejaron sus gargantas en el escenario y aunque el sol siguiera en uno de sus puntos más altos, sin permitir que la plaza estuviera a tope, ninguna excusa fue suficiente para que las bandas y los asistentes madrugadores, mancharan las camisetas de sudor.
No podemos dejar por fuera a Green Valley, la banda más esperada del día y encargados de dar la estocada final de la noche. Transcurridos 30 minutos fue la voz de Ander Valverde, la que irrumpió el silencio inquietante para dar paso a los gritos y coros de icónicas canciones como “Los sueños”, “si no te tengo” y “los ríos de la vida”; entre luces, abrazos, saltos, hasta incluso un pogo a lo reggae, finalizó la primera jornada de los 17 años gritando.
El segundo día empezó con la crudeza y el espíritu rebelde del punk. El ambiente se cubrió de polvo, las nubes generadas por los pogos llenaron todo el espacio. Con letras contestatarias y guitarras estridentes pasó banda tras banda y el pogo cada hora era más grande. Entre el público no solo estaban los jóvenes, también se encontraban adultos mayores, uno que otro no portaba ninguna insignia o vestimenta “punketa” sin embargo, allí estaban disfrutando de las bandas locales y nacionales, mientras las personas a su alrededor se aseguraban de que no fueran estrujados o aporreados accidentalmente.
Como era de esperarse, al llegar Non Servium al escenario, se escucharon las voces de 5.441 asistentes gritando las canciones de la banda, un show cargado de crítica social con la fuerza de los inconformes.
Los sonidos guturales hicieron vibrar a Manizales en el tercer día de festival, bandas como INFO, llegaron con sonidos diferentes y una puesta en escena que cautivó a través del metal industrial o metal futuro. “Todo tiene que evolucionar, la música también, siempre nos hemos preocupado por tener una estética visual porque las personas se toman el tiempo de venir aquí y ellos merecen el respeto y ver un show que no se vea comúnmente. Somos metal futuro porque así será la música en el futuro, un Performance.” John C, integrante de INFO.
No solo este subgénero dejó huella en el Grita, también lo hizo Exodus, para asistentes como Edwin Velásquez, ver esta banda de metal en el Grita fue un sueño hecho realidad, no esperaba ver una agrupación de esa categoría en su ciudad, para él fue muy grato el regreso de los 3 días con grandes bandas como Green Valley, Non servium y Exodus “Esto nos da a pensar que cada año se podrá seguir mejorando el nivel del festival, así que estoy ansioso por saber qué nos traerá el próximo año”.
La 17° edición del Festival Grita Rock no solo dejó huella en la memoria de los participantes, sino que reafirmó el compromiso de la ciudad con la cultura alternativa. Este evento se ha convertido en un lugar donde diferentes movimientos musicales encuentran su lugar y donde jóvenes y adultos tienen la oportunidad de expresar su identidad a través del arte y la música. Este año no fue la excepción: gracias a la gran afluencia de visitantes y a la impecable organización, el festival volvió a consolidarse como uno de los más importantes del país. Manizales gritó, y los ecos de ese grito aún resuenan.