La producción narra la historia de Cristina, la amante de un taxista quien, viendo a su amado muerto, decide enfrentar a su familia para verlo y llevárselo a su cama que, durante 20 años, le prometió que compartirían para siempre.
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El lanzamiento al público del cortometraje “Me lo voy a llevar”, de un grupo de estudiantes de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Medellín se realizó el pasado 27 de octubre en el bar Artevivo, porque sus productoras querían llevar el trabajo fuera de lo académico, para mostrar sus historias, guiones, esfuerzo, personajes y presentar su particular estilo de rodaje.
El guión salió de una historia de la vida real: “fue una anécdota que tuve cerca. De alguna manera participé haciendo el enlace entre la familia y Cristina y eso me impactó muchísimo”, dice Yennifer Uribe, la directora general del proyecto.
Realizadoras, profesores, estudiantes, actores profesionales de teatro y otros empíricos fueron involucrados en “Me lo voy a llevar”, donde todos se sintieron identificados con la temática y su realización.
Reflexión
Por su parte, los personajes se involucraron con el trabajo con mucha intensidad, ya que, según ellos, hay una reflexión profunda alrededor de lo que se haría por amor.
Alexandra Del Río, (Cristina) señala que su personaje siempre llevaba una camándula y quebranta sus creencias religiosas cuando decide el conflicto entre el bien y el mal y las consecuencias de estas problemáticas humanas. Fue un encuentro muy bonito de seres.
El trabajo necesitó muchas horas y esfuerzo de las productoras, del equipo técnico y de los actores, por esto mismo reconocen, que a pesar de las equivocaciones y saltos en la edición, se consiguió el sentido que la directora quería transmitir, reconoce Alexandra Delfín.
Espontaneidad planeada
El producto fue desarrollado bajo el concepto de Espontaneidad Planeada, un término propio del adoctrinamiento religioso que el teólogo Robert Jay Lifton llamaría “un proceso sistemático, planeado y dirigido desde arriba (por los líderes) pero que, en apariencia, surge de modo espontáneo dentro del entorno.
“Les dábamos un guión con los diálogos a los actores y ellos improvisaban y le agregaban o quitaban cositas y detalles al personaje”, explica Susana Delgado, del equipo de producción.
En el corto es evidente esta forma de trabajar y puede percibirse como un error o como un estilo. La cámara es subjetiva, la directora quería realizar cortes abruptos para buscar una sensación de mayor cercanía con el público para tratar de contar una historia más natural dice Yennifer Uribe.
En esta “ópera prima” académica, algunas cosas no fueron perfectas, las realizadoras aceptan que faltó un método más riguroso y más trabajo en sonido.
Más allá de la Universidad
“Me lo voy a llevar» fue lanzado el 27 de octubre en el bar Arte Vivo, con la presencia de familiares, profesores, realizadores e invitados a observar el trabajo dando su opinión acerca de lo que les parecía bueno y malo.
Inicialmente, el video es desarrollado por estudiantes de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Medellín quienes decidieron perfeccionar su trabajo de clase y lanzarlo al público para tener un primer acercamiento con lo que pretenden que sea su vida profesional.
Las alumnas querían tener un primer acercamiento con el ojo del público colombiano, y con lo que pretenden que sea su futuro profesional. Susana Delgado, directora de fotografía, dice que “todo lo que uno haga tiene que ir más allá de lo académico. El 70% de la profesión la hace una”.
Por su parte, Yennifer Uribe piensa que todos los estudiantes deberían de tomarse todos los trabajos tanto o más en serio que ellas porque “es allí donde uno se equivoca, la embarra, duda y también aprende”.
Los actores se inmiscuyeron mucho porque observaron en las autoras del corto una expectativa de vida con la cual se identificaban. Alexandra Del Río lo explica diciendo que “lo que me enamoró de la propuesta fue el entusiasmo con el que llegaron al teatro a buscarme. Entonces, supe que no iba a ser un trabajo académico por cumplir, que era un proyecto de vida”.
“Me lo voy a llevar» construye una narrativa cinematográfica y literaria diferente, que puede generar debate pero que solo es el comienzo de su trayectoria en el mundo audiovisual.