Foto tomada por Juan Aristizábal. Año 2011
En la ciudad de Medellín la vulnerabilidad de los jóvenes por la falta de oportunidades educativas y laborales ha desencadenado su participación en diferentes frentes de violencia. Tanto la delincuencia común u organizada conocidas como “combos” se han nutrido de jóvenes reclutados a la fuerza o simplemente que no tenían ninguna otra opción.
La secretaria de Juventud de Medellín, reveló que de los 570.000 jóvenes (entre 14 y 28 años) que hay en Medellín, un 14 por ciento (79.000) están en riesgo de ser víctimas de reclutamiento, mientras que el 11 por ciento (62.700) podrían estar al borde del delito.
Buscando convertir los problemas en oportunidades, la ciudad de Medellín experimenta una ola de renovadas movilizaciones juveniles. Tal es el caso de los grupos culturales asociados a música urbana e incluso deportes que han logrado generar nuevas opciones para la participación de los jóvenes como lo afirma Ángela Garcés Montoya, magister de la universidad de Medellín, que ha enfocado sus investigaciones en la comunicación audiovisual y comunitaria:
“… al considerar la participación de sus actores [Jóvenes de movimientos culturales] como elemento inherente al proceso informativo y comunicativo; se trata de una participación entendida como acción social concreta, que aporta a la constitución de una verdadera dimensión democrática, basada en la voz movilizadora que busca un proceso transformador del entorno social inmediato”
Estas manifestaciones en algunas de las comunas de Medellín se dan a conocer como una herramienta consolidada e impulsada por acciones colectivas en la defensa de los Derechos Humanos, realizadas por diversos grupos juveniles, Ariel Gómez Gómez, Doctor en ciencias sociales, niñez y juventud con énfasis en educación y desarrollo humano manifiesta que:
“Particularmente los jóvenes de la ciudad [Medellín] se han ingeniado formas organizativas novedosas orientadas a hacer visibles y audibles reivindicaciones y propuestas desde el arte, la agricultura, la defensa de lo público, e incluso el acceso a recursos del Estado [Presupuesto participativo] para adelantar iniciativas que respondan a sus necesidades económicas y culturales”
En la comuna 5 (Castilla), algunos jóvenes crearon colectivos como Arte en resistencia y Tierradentro, con el propósito de generar procesos de convivencia, inclusión y participación de los habitantes de la comuna en torno a sus derechos para que estos no sean transgredidos por los “combos” generadores de violencia. Estas organizaciones atraen a los jóvenes para que inviertan su tiempo libre en la realización de actividades artísticas y culturales como música, teatro y Yoga al parque.
Estas organizaciones juveniles a través del arte y la cultura; en procura de la defensa y promoción de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) de la comunidad; permitiendo la reivindicación de la dignidad humana y a un buen desarrollo de los niños y jóvenes; así lo manifiesta Juan Aristizábal, creador de varios colectivos juveniles y defensor de los derechos humanos respecto a su trabajo con algunos de estos grupos:
“Generar un proceso artístico y cultural con énfasis en niños y jóvenes, que propicien espacios alternativos de participación e inclusión social que fortalezcan la sociedad civil. Brindando espacios que generen entretenimiento, aprendizaje y educación a la comunidad en general, desde la interacción con los sectores comunitarios, públicos y privado”.