«Sachita», entre la zozobra y el exilio del barrio El Naranjal

Seis de la mañana en el barrio El Naranjal. El martilleo de las latas, el sonido incesante de los pitos y el bugido de los motores de los carros anuncian la llegada de un nuevo día. José Luis Orozco conocido en el sector como “Sachita” es un hombre de 67 años de edad, mecánico informal de vehículos pesados en el barrio El Naranjal desde hace ya más tres décadas. Sachita se levanta a las 5:30 de la mañana, peina su cabello cubierto de canas y con destreza se monta en sus piernas, una patineta de rodillos  forrada con las dos mangas que le sobran de su bluejean. Se coloca una tula en su espalda llena de herramientas y con una sonrisa menciona “voy a hacer lo que más me gusta, trabajarle a los carros”.

Con agilidad se sube a una tarima para alcanzar el capó de una camioneta cherokee, lo abre y mientras lo hace su torso se asemeja al de un fisicoculturista. Los músculos de sus brazos están marcados y definidos, el abdomen plano y una “cintura de avispa” como él mismo la describe.

“En un camión perdí mis piernas, pero no el amor por los carros”, «Sachita»cuenta que hace 45 años el conductor del camión en que iba tuvo un microsueño, cayeron a un abismo, recuerda a ver visto sus piernas envueltas en llamas, y cuando despertó en el hospital sus piernas ya no estaban.

“He perdido todo paulatinamente”

Según «Sachita» luego de su accidente aparte de perder sus piernas ha perdido poco a poco todo.Cuenta que primero perdió a sus padres, sus hermanos viajaron a Australia y hasta hoy no sabe nada de ellos, su esposa e hijas lo abandonaron.  Lo único  tangible es una pieza hecha por él, de tablas y plástico en un lugar que no le pertenece legalmente. Además de su amor por el barrio El Naranjal, por sus habitantes y la pasión por la mecánica.

Para Andrés Gaviria Yepes Psicologo y especialista en derechos humanos “60 de cada 100 personas de la tercera edad, presentan rechazo o total abandono de sus hijos y familiares, además carecen de recursos económicos para su manutención”.

«Sachita»relata que el año pasado trato de buscar ayuda. El barrio El Naranjal actualmente está en proceso de desalojo y conciliaciones con la Empresa de desarrollo Urbano- EDU. Motivado por esto fue en busca de una estabilidad y calidad de vida e ingresó a un programa Piloto de la Alcaldía de Medellín operado por Fundacol llamado Larga Instancia.

En menos de un año regresó a su pieza, según él no pudo adaptarse, a pesar de su edad y su condición de discapacidad no era un lugar donde se sintiera cómodo, al tener que estar con personas psiquiátricas, en situación de calle o drogadicción, hizo su estadía intolerable.

Relata Viviana Cardona Coordinadora General de una de las sedes gerontológicas de Fundacol donde se internó «Sachita». “Nunca se integró, era apático para compartir con sus compañeros, pero por otro lado lo entiendo, porque él es una persona con sus cinco sentidos, totalmente ubicado y aquí le tocaba compartir con personas psiquiátricas y en condiciones mentales muy difíciles”.

Plan Parcial El Naranjal

Según expresa la EDU en su página web oficial “En el barrio El Naranjal, se adelanta un proceso de renovación urbana que promueva la transformación  del sector. La EDU, quien asegura el acompañamiento a la población residente y actividades económicas de Naranjal ”.

Federico Aguilar, líder comunitario y llamado con cariño por los habitantes “El Alcalde de Naranjal” relata que desde el año 1990 se presenta el primer suceso dentro del barrio, situación similar a la de este tiempo. Se aprueba un acuerdo de usos del suelo, en esa época El Naranjal fue declarado como residencial. y hoy es casi un hecho.

Hoy «Sachita» se encuentra inmerso en ese proceso y está incluido en la negociación con la EDU en el grupo de personas que laboran con vehículos pesados, pero sigue a la espera como todos los demás habitantes del sector.

Para  Federico Aguilar,  » la incertidumbre, la zozobra y la incredulidad se constituyen en las percepciones que mayoritariamente asumen las personas que llevan tantos años con sus unidades económicas en el barrio El Naranjal”.

Alfredo Castillé vecino de «Sachita» y dueño de un taller y almacén automotriz llamado Autocar expresa que alrededor de 22 años se encuentra en el sector el Naranjal y que le ha tocado prescindir de dos de nueve trabajadores que tenía por culpa de esta situación. “La EDU quedó de construir supuestamente unos parqueaderos para nosotros, pero al final resultó haciendo otra cosa, comenzó a hablar individuamente con la gente y hubo una especie de hostigamiento para sacar a los habitantes, ¡váyase,váyase o no les damos la compensación! ”.

Para Mary Luz González del Departamento de Planeación y quien realiza el acompañamiento en el Plan Parcial del Naranjal afirma que «La idea de los centros de oficios «reubicación» es cambiar la metodología que llevan hasta el momento y mejorar las condiciones en las cuales los mecánicos están laborando»

Otro caso que no es ajeno a esta problemática es el de Jesús María Pizón quien tuvo un local en El Naranjal durante 20 años y aceptó las condiciones de la EDU para reubicarse en El Caracol, cuyo lugar ha sido adecuado con contenedores para albergar  los talleres a una cuadra de la Terminal del Norte. Jesús afirma “nos ubicaron allá en contra de nuestra voluntad, igual nos toca pagar arriendo, o era eso o coger otro rumbo”.

Según Pinzón la EDU les prometió que al tomar esta decisión tendrían igual o mejores condiciones, “Realmente fue todo lo contrario. Nos hicieron un operativo con policías, con tránsito, con espacio público, sanidad y bomberos, ¡como si fuéramos delincuentes! ya en este momento el acceso al Caracol para nosotros está cerrado. Tenemos el espacio, no podemos trabajar y la EDU no soluciona el problema».

Según «Sachita» ve el panorama oscuro, si para las personas que están legalmente constituidas han tenido inconvenientes. ¿Qué le espera a él?, un trabajador informal y con una invasión territorial de por medio. El único respaldo  como beneficiario  del Plan Parcial es un carnet que lo reconoce como un mecánico de vehículos pesados.

Para «Sachita» su futuro es incierto, el lugar donde se siente cómodo tiende a desaparecer es como si le cortaran nuevamente sus piernas aunque  «El Alcalde de Naranjal» afirme que es «el hombre con los pies más puestos sobre la tierra».

Uncategorized