Premio Internacional

Medellín, la ciudad más innovadora del mundo

Por: Sebastián Arango Hernández

La ansiedad, la expectativa y la presión aumentaban con el pasar del tiempo. Los medellinenses y demás colombianos tenían una gran responsabilidad: el futuro de una ciudad estaba en sus manos, más específicamente en los click que hicieran.

En octubre de 2012,  los medios de comunicación anunciaron que Medellín era candidata a ser la ciudad más innovadora del mundo y había quedado entre las tres finalistas junto con New York y Tel Aviv, en un concurso realizado por The Wall Street Journal, Citigroup y Urban Land Institute. El reto para los habitantes de la ciudad y del país era votar a través de internet para ganar tal distinción.

Después de aproximadamente cinco meses, el resultado de la votación dio un ganador. El 1° de marzo de 2013, a las 7:50 de la mañana en un auditorio del Centro Administrativo La Alpujarra, el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, reunió a un grupo de personas y a varios medios de comunicación para darles una noticia importante.

El ambiente de incertidumbre era notorio, nadie sabía qué pensar. Minutos más tarde, apareció el mandatario junto con el presidente de Citigroup. Este último tenía en sus manos una estatuilla de vidrio ¿Era acaso un premio de consolación? ¿Un segundo puesto? ¿Era el trofeo del ganador? Gaviria se puso delante del atril y se dirigió a todos los presentes. Tomó aire y con voz enérgica dijo: “Quiero entonces, con inmensa alegría y gran satisfacción, anunciarle a Medellín, a Antioquia, Colombia y a todo el mundo que hemos sido informados por los directivos de estas tres instituciones, que Medellín ha sido designada como la ciudad más innovadora del mundo”.

Dichas estas palabras, los asistentes se pusieron de pie y aplaudieron con fuerza, cada uno con una sonrisa en sus rostros: lo habían logrado. Y esto fue posible por los click que hicieron cientos de personas en todo el territorio nacional. Según el periódico El Colombiano, que cita un fragmento de lo que dice la página de The Wall Street Journal: “Medellín ganó con el 70% de más de un millón de votos recibidos al 31 de enero de 2013, 1.300 veces compartido en redes sociales, 40.000 tuits y 150.000 me gusta en Facebook”.

Ante tal acontecimiento, los diferentes medios de comunicación arribaron a la City of the year, como se le está conociendo en el mundo entero, para obtener una entrevista con los protagonistas de este triunfo. Todos querían hablar con Aníbal Gaviria; con el presidente de UNE, Mark Eichmann; el gerente de EPM, Juan Esteban Calle; el gerente del Metro, Ramiro Márquez;  los ex alcaldes Alonso Salazar y Luis Pérez; el gobernador Sergio Fajardo, y con rectores de universidades como EAFIT, Juan Luis Mejía. Cada uno, hablaba con orgullo y alegría, resaltando las virtudes de la ciudad, los proyectos innovadores y los retos que quedan, por ejemplo, la mejora de la seguridad.

No obstante, hay unas personas que son más importantes que cualquier otro protagonista y son la razón de ser de Medellín: sus habitantes, los que sienten, sufren y viven día a día la ciudad. Estos tienen sentimientos encontrados sobre lo que piensan: por una parte, está el orgullo regionalista por pertenecer a una raza pujante e innovadora en cuanto a la forma como aprovecha los recursos, y por otra está el cansancio social por la violencia y la inequidad, que aunque ha habido una mejora en estos temas, se sigue padeciendo. Se escuchan entonces comentarios como:

“Es muy bueno, porque así nos van conociendo en otras ciudades, en otros países, como esa ciudad que todo el mundo la tiene caracterizada por la violencia. Van viendo la cara buena y la verdadera ciudad que es” dice Carlos Restrepo.

“Estoy de acuerdo que en tecnología, en transporte…somos la ciudad más innovadora. Lo otro es que tenemos todavía mucho conflicto interno, tenemos problemas de corrupción política, problemas de violencia y en eso también se puede innovar. Hay que buscar otra forma de innovar” dice Jessika Duarte.

Ante tanta opinión y expectativa surgen en las mentes interrogantes como ¿Por qué Medellín es innovadora? ¿Qué la llevó a ser reconocida internacionalmente? Haciendo un recorrido por toda la ciudad, se encuentra la respuesta. No solo es ir a  lugares exclusivos de unidades y residencias de fachadas impecables, también a los barrios más marginados y problemáticos en cuanto a seguridad.

Sobre esto, encontramos los Parques Biblioteca, modernas estructuras que conviven con las casas sin revocar y con los techos de zinc de los pobladores de comunas tocadas por la violencia. Pero si se camina por sus calles, es evidente que más que infraestructuras, hay gente con ganas de cambiar su situación. Por eso estas bibliotecas permiten acceder al conocimiento y explotar las manifestaciones culturales, para abrir la mente y proyectarse hacia un futuro.

Bajo la misma línea de innovación, también encontramos las escaleras eléctricas de San Javier, centros culturales y museos. Además de la gestión de empresas como EPM. Los directivos de Urban Land Institute resaltan que en Medellín se ha disminuido la generación de CO2, contribuido al desarrollo de zonas marginadas y se ha  reducido la criminalidad.

Pero ante todo esto, la parte más visible de la innovación es el El Metro de Medellín, que atraviesa la ciudad de oriente a occidente y de norte a sur, y que con su sistema integrado ha llegado a todos los rincones.

En el centro de oficinas, cerca de la estación Bello, está la oficina de comunicaciones. Juan Felipe Correa, profesional 1 de la comunicación, llega de lunes a viernes a su puesto de trabajo, aproximadamente a las ocho de la mañana. Todos los días encuentra o trabaja en nuevos retos innovadores para el Metro:

“La movilidad entendida como negocio, desde el punto de vista empresarial, tiene una única manera de crecer y es extenderse (…).El Valle de Aburrá, a nosotros nos presenta unas dificultades bastantes grandes y es que en realidad, nosotros tenemos una porción muy pequeña de valle, porque la gran mayoría del Valle de Aburrá, podría entenderse más como un cañón que un valle. Y tenemos mucha zona habitacional en la ladera de la montaña. En esas laderas de montaña por cuestiones técnicas, el Metro no puede llegar, tiene restricciones técnicas para determinado porcentaje de pendientes (…) entonces el Metro, digamos que  empezó a tener una filosofía de apertura”.

Por dificultades como estas, el metro empieza a integrar a su sistema, otros medios de transportes que si puedan llegar a esos lugares técnicamente imposibles, como lo es Santo Domingo o La Aurora. De este modo, se innova en cuanto a soluciones a la movilidad en la ciudad.

“Poner el primer sistema de transporte por cable aéreo en el mundo conectado a un sistema metro y destinarlo a transporte público es una cosa que sigue sorprendiendo a propios y extraños. O sea que sigue sorprendiendo a gente de todo el mundo (…) A veces nuestra mirada es muy regional, muy de provincia, y se nos olvida a veces, que es posible que nosotros tengamos ideas innovadoras para el resto del mundo”, dice Correa.

Se puede bajar desde Santo Domingo a la ciudad, a través del Metrocable. Mientras que la cabina se mueve un poco en el recorrido y se sacude al pasar por los postes que lo sostiene, puede contemplarse un paisaje único desde la altura: los techos de zinc y tejas se unen uniformemente, las zonas llenas de árboles y la inmensidad de las montañas, muestran un panorama exquisito.

Luego al llegar a la estación Acevedo, se hace transbordo a la línea metro. Adentro se nota toda una variedad de culturas, personalidades, estratos, edades…Y es aquí donde está viva la llamada Cultura Metro: cómo personas tan diferentes en todos los sentidos tienen unas actitudes de servicio, respeto y cuidado por los demás y el mismo metro. La mujer que entra embaraza es ubicada de inmediato en uno de los asientos, no se come o bebe dentro de los vagones ni se raya ninguna parte del tren…Hay un verdadero sentido de pertenencia por parte de los que utilizan el medio de transporte.

Y el recorrido puede seguir. Se puede bajar en la estación Hospital y abordar el Metroplús; en la estación San Antonio, montarse en el metro que va a San Javier, y se quedarse en Suramericana para solicitar el servicio de Encicla e ir a otro lugar montado en bicicleta; en la estación Poblado, puede subirse en un bus del metro que se adentra a los barrios.

La innovación en Medellín está en el transporte, las bibliotecas, en los centros culturales, en la gente emprendedora que busca todos los días soluciones a sus problemas cotidianos, con la verraquera paisa que siempre los ha caracterizado.

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