Foto cortesía IPS Fundación Trascender
Actualmente montar a caballo es una de las prácticas más utilizadas en el tratamiento de pacientes con deficiencias de origen cerebral, central o periférico. A esto se le denomina Equinoterapia. Como es una actividad al aire libre, la cual tiene contacto directo con la naturaleza, genera un efecto favorable en la esfera psicológica y emocional del paciente quien, con frecuencia como resultado de su discapacidad, se ve limitado a realizar este tipo de actividades, rompiendo así su aislamiento con respecto al mundo.
La equinoterapia es un término usado para describir las estrategias de tratamiento utilizadas con el movimiento del caballo para mejorar el control postural y/o balance y la movilidad del paciente. La terapia con equinos es una alternativa utilizada en la medicina a lo largo de la historia. Su utilización data desde el año 460 A.C donde Hipócrates utilizó la monta terapéutica como la mejor terapia para combatir el insomnio y mejorar la tonicidad muscular.
El equino, con las actividades y el movimiento continuo realizado, transmite una serie de vibraciones e interacciones. Estimula procesos cognitivos y ayuda en la motivación y adaptación del paciente, obteniendo resultados satisfactorios en las reacciones de control, además de mejorar “la estabilidad motora, fuerza muscular, tono muscular, postura, equilibrio, coordinación y marcha, en caso de déficit motor y neurológico» asegura Mauricio Tirado Bedoya fisioterapeuta de la Fundación Universitaria María Cano, y Equinoterapeuta de la IPS Fundación Trascender. En consecuencia todos estos elementos contribuyen a que se aumente la interacción social entre el individuo y el entorno social.
Según el Fisioterapeuta el caballo trae consigo grandes beneficios, a nivel sensorial, neuromotor y neurológico todo el cerebro estaría funcionando más por trasmisiones de fuerzas. Además el caballo tiene una temperatura dos grados mayor a las personas “al aportar calor se logra una relajación muscular y si hay algún dolor o alguna falencia, este ayudaría a relajar la zona que está afectada”.
En la equinoterapia es necesario un equipo interdisciplinario. Esta técnica requiere de profesionales especializados en fisioterapia, pedagogía y psicología con habilidades ecuestres. Para Tirado Bedoya, «el grupo interdisciplinario está enfocado en el bienestar del caballo y de la persona, porque es tan importante el paciente como el terapeuta. Aquí el caballo es el terapeuta y el ayudante sería el fisioterapeuta».
Para iniciar las actividades terapéuticas asistida con caballos es escencial realizar la valoración inicial del paciente la cual determinará qué aspectos se van a tratar. “Son dos tipos de valoración. Una médica, por parte del neurólogo o médico especialista para avalar la intervención por parte del fisioterapeuta, y otra, por parte de este último para analizar los objetivos y aspectos a intervenir en el paciente” explica Tirado Bedoya.
IPS Transcender es una Fundación ubicada en Envigado (municipio antioqueño) y la única habilitada, certificada y evaluada por la Secretaria Seccional de Salud y Protección del departamento para aplicar la equinoterapia. La entidad ayuda en la rehabilitación de niños y adolescentes con algún grado de discapacidad con el propósito de mejorar la calidad de vida de los usuarios y sus familias, a través de la intervención de sus condiciones físicas, sociales, mentales y emocionales. De esta manera se facilita la integración y comunicación a su entorno natural.
Por otro lado Trascender es una escuela que brinda otros programas, uno de ellos es la chalanería, práctica donde el niño aprende a manejar el caballo, cuidarlo, ensillarlo y alimentarlo. También, ofrecen actividades de estimulación temprana en las cuales se le permite al niño desarrollar habilidades físicas, sociales e intelectuales, todo respaldado con un equipo idóneo. Pilar Restrepo López, Gerente de Trascender, comenta que «toda entidad prestadora en servicios de salud, debe tener un equipo idóneo y preparado para dictar las actividades que ofrecen y aquí en Trascender cuenta con ello”.
Santiago Cárdenas nació sin los problemas físicos y motores que vive hoy en día. Al poco tiempo, por falta de atención médica oportuna, su cerebro quedó sin oxígeno y en consecuencia quedó comprometida la motricidad en todo su cuerpo con un trastorno permanente llamado Parálisis Cerebral Espástica. De esto hace ya 19 años. Ahora, su familia ve en la equinoterapia una buena opción de rehabilitación debido a los cambios y beneficios obtenidos en sus terapias. Como todos los martes y viernes Santiago Cárdenas es llevado a la Fundación Trascender por su padre y enfermera para su sesión de 45 minutos de Equinoterapia. Con ayuda del equipo encargado, el coterapeuta, es decir, el caballo, el fisioterapeuta, el auxiliar y por último el encargado de cabrestear el equino; se realiza el fortalecimiento de sus músculos.
Por su parte Francisco, el padre de Santiago, expresa que los cambios reflejados en las equinoterapias han logrado en su hijo una rehabilitación satisfactoria de la cual él no se esperaba. Lo más llamativo para el padre es la familiaridad lograda por los especialistas con el paciente en las terapias. Menciona que su hijo está estrechamente relacionado con ellos. «En la casa se le dice que va para terapia de caballo y él se pone completamente feliz ”, explica Francisco.
Han sido 19 años en los cuales la familia Cárdenas se ha convertido en un apoyo incondicional para Santiago. Francisco busca diferentes alternativas en las cuales su hijo cambie de un ambiente convencional como su casa a uno diferente con espacios al aire libre, permitiéndole así total socialización con las personas. Por esto Santiago disfruta de estas terapias en las cuales lleva 10 meses. El señor Cárdenas se siente muy a gusto con los resultados que cada tratamiento deja en su hijo. Su espásticidad pasa a un segundo plano, sus manos y su cuerpo llegan a tener un estado de relajación entre sus músculos.
Un aspecto importante a analizar es la clasificación para en la elección del caballo, porque no todos son aptos para la misma persona. Además, todos los pacientes no poseen las mismas características físicas ni las mismas limitaciones, por ende, es necesario elegir un caballo adecuado a las condiciones del paciente. Jonathan Bustamante Muñoz, técnico en equinoterapia, chalanería, producción equina y auxiliar de terapias equinas de la IPS Fundación Trascender; explica que “el caballo además de ser criollo debe tener alzada, es decir, estatura entre 1.50 a 1.70 cm porque el movimiento al caminar marca más tridimensional. Cada desplazamiento es un caminar para la persona. Se necesita un caballo dócil el cual se deje trabajar”.
El caballo por su naturaleza es muy perceptivo, lo cual le permite reconocer el comportamiento y conducta según la persona que lo monta. Tirado Bedoya expresa la importancia en la interacción entre equino y paciente. “la terapia no funciona en un niño que tenga miedo, es comprobado, pero para que esto no se dé se hace un proceso de acercamiento donde el paciente si sufre de algún miedo hacia el caballo, tenga la oportunidad de tocarlo, sentirlo y saber que no le va hacer daño”.
La intención fundamental de este tratamiento es mejorar la calidad de vida de los pacientes, que asuman esta terapia como una actividad recreativa y un esfuerzo divertido para el logro de sus objetivos. La equinoterapia como una alternativa estimuladora de emociones posibilita la parte social, conductual, afectiva, de aprendizaje, y de lenguaje, generando una confianza en donde le permite al paciente la conexión en el entorno social, potencializando su actividad personal, logrando una integración grupal, mejorando la capacidad de comunicación, de atención y de concentración.