Un recorrido por la historia del Parque Berrío

 

Plaza Mayor en 1891. Autor: Melitón Rodríguez Márquez. Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.

Plaza Mayor o Plaza Zea, hoy en día llamado Parque Berrío, es un lugar donde se congrega mucha gente y a pesar de sus cambios e inseguridades surgidas a través del tiempo, aún se puede ver su esencia como parque al interior de una ciudad totalmente industrializada.

El Parque Berrío es uno de los lugares más representativos de Medellín, cuenta Daniela Vásquez, guía de uno de los proyectos del Museo de Antioquia, llamado vive el centro, quien nos menciona que desde la llegada de los españoles al territorio se establecieron las primeras personas en el parque, porque este lugar es cercano a la quebrada Santa Elena. Vásquez expresa que la llamada Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, construida en 1649 por iniciativa de Juan Gómez de Ureña, es una de las pocas obras coloniales sobreviviente aún y un elemento esencial en el cual ha girado durante años el parque.

El Parque Berrío es uno de los lugares de la ciudad testigo de toda la evolución urbana, desde el paso del carruaje a caballo, del tranvía municipal, de la invasión del vehículo automotor, hasta la llegada del tren metropolitano.

En una de las obras de José María Bravo, “de plaza Mayor a parque Berrío”, se puede ver toda historia del Parque y lo que ha pasado en diferentes épocas. Medellín era una población humilde en el año 1765, su plaza, sus edificios y calles más centrales se integraban con huertas caseras, y terrenos extensos, en donde pastaba el ganado. Al parque llegaban las recuas de mulas y bueyes provenientes de otros lugares a descargar bultos para el comercio de la población. Años más tarde se construyó en la Plaza Mayor una fuente de piedra para suministrar agua limpia a los pobladores, la cual en 1853 fue cambiada por una de bronce.

Medellín y la plaza seguían con su expansión. En 1852 se instauró por primera vez el alumbrado público en la plaza, pero uno de los cambios importantes que tuvo el Parque fue el decreto del alcalde de Medellín Uladislao Vásquez, quien en 1857, al ver el estado de la plaza mayor llena de fango, ordenó que fuera empedrada. Años después, entre 1926 y 1927 se remplazó el piso de piedra de sus calles por pavimento para poder acoplarse a la época del automotor.

Con el tiempo los habitantes al ver la necesidad de comercializar sus productos crearon un mercado público en la plaza. Sin embargo, gracias a la construcción de la Plaza de Flórez y el traslado de los mercados campesinos a él, el Parque Berrío pudo ser modificado con la siembra de jardines y árboles. Luego en 1895 se instauró en la mitad del Parque donde quedaba la fuente un pedestal de mármol con la estatua de Pedro Justo Berrío, como homenaje al destacado gobernante y político de Antioquia.

Medellín, como la mayoría de las ciudades, experimentó diferentes transformaciones en su estructura urbana en el siglo XX. Con la apertura de hoteles y almacenes de diversas clases en la planta baja de las casas del lugar, el parque toma una nueva orientación financiera y comercial, siendo un aspecto tan importante que en 1905 se estableció allí la Bolsa de Valores de Medellín.

En 1917, 1921 y 1922 ocurrieron varios incendios que dejaron en cenizas al Parque, dando paso a nuevas construcciones, como las rutas del tranvía, las cuales pasaban por el Parque a diferentes lugares de la ciudad.

Luego de unos años las fachadas del Parque Berrío cambiaron su estilo viejo por fachadas de estilo republicano porque era una de las modas arquitectónicas de la época. Se logró adelantar la construcción de grandes edificaciones y en 1932 se dan nuevas reformas al Parque construyendo kioscos para diferentes usos, mientras se reducía su área para la ampliación de algunas calles.

Panorámica Plaza de Berrío, ca. 1940. Fotógrafo: Jorge Obando. Archivo Fotográfico, Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.

En 1985, inició la construcción del tren metropolitano y en 1995 inició su operación comercial.  Más tarde se demolieron unas edificaciones existentes al costado oriental de la Plaza para la construcción del Banco Popular. Este banco donó una escultura a la ciudad llamada “el desafío”, del maestro Rodrigo Arenas Betancur en el año 1981 y en el año 1986 fue inaugurada la estatua del maestro Fernando Botero denominada como” torso femenino” ubicada a un costado del parque.

Muchas de las personas que conocen el parque y han vivido casi toda su vida allí, lo recuerdan por ser un lugar tranquilo. Don Guillermo Osorno quien vive hace 80 años allí y Edilberto Gómez hace 20 años, cuentan que ha cambiado mucho en cuanto a su estructura y afirman que con los cambios de gobierno se han podido ver las inestabilidades e inseguridades en el área. Expresan que ahora si está mejorando gracias a nuevos gobernantes.

Janeth Hernández Vanegas, trabajadora de espacio público, se refiere al Parque como un espacio donde se ven diferentes venteros, algunos con permiso para trabajar, mientras otros no. Manifiesta que las personas con más tiempo allí se les respeta su antigüedad y se les deja trabajar en un punto fijo, como es el caso de Berta lozano, vendedora de tintos, quien por su tiempo en el lugar se le deja trabajar libremente. Pero, a las personas que van llegando nuevas al lugar no se les permite trabajar en un solo punto. Ellas deben moverse por todo el sector en el transcurso del día. también comenta Hernández Vanegas, que muchos de estos vendedores ayudan a la delincuencia, guardando armas y vicio. Sin embargo, en enero de 2016 se comenzó un cambio por parte del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien inició un proyecto para recuperar el centro y principalmente comenzó con el Parque Berrío.

Parque Berrío Actual, 2017. Fotógrafa: Natalia Marín García.

Luis Eduardo Poso y Rubén Gómez Cataño, guitarristas de la zona, comentan que el parque mucho antes de la construcción del metro era un lugar sin gracia, un lugar descuidado en su estética y también por parte de la autoridad. Hoy en día para ellos es un lugar con bonitos espacios y con más seguridad, dicen que es el lugar donde mayor tiempo pasan, siendo esta su zona de trabajo.

Hoy en día el Parque Berrío es producto de un proceso de cambios físicos y culturales de diferentes épocas, sigue siendo un lugar donde se congrega mucha gente, a pesar de las inseguridades del sector. Es un sitio de trabajo de gran cantidad de ciudadanos. Allí de todo se vende, de todo se encuentra y de todo se ve, un lugar donde los vendedores ambulantes están presentes en diferentes espacios para la comercialización de sus productos y servicios. En cuanto a los últimos años, todo ha cambiado en el lugar, dándole otra cara a la ciudad. Es importante resaltar, que el Parque Berrío con todos sus cambios tiene su propia historia digna de recordar y de conocer, tanto para sus pobladores como para los turistas que vienen a conocer Medellín y sus lugares más representativos.

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