Las calles son escenarios de trabajo para personas que por falta de oportunidades han encontrado en estos espacios urbanos un sitio para mostrar sus habilidades, estas personas, por diferentes asuntos prefieren realizar este tipo de actividades como el arte callejero a un trabajo formal. Las vías acogen talentos ocultos y expresiones artísticas, así mismo ocasionalmente nos brindan entretenimiento, el trabajo informal para algunos es una actividad realizada con satisfacción y también por necesidad.
Andrés Holguín mejor conocido como »bocadillo» por las personas mas cercanas a el, es un joven de 28 años, padre de dos niñas y creador de un circo callejero llamado circo la zebra y utiliza las calles como un medio de trabajo. El trabajo informal hace parte de la cotidianidad de Andrés quien la usa como manera de supervivencia y también para fortalecer sus destrezas. Desde sus orígenes su madre cultivó en él amor por el arte aunque en la actualidad al ver su elección de trabajo le retiró su apoyo.
La práctica de malabares, acrobacias y hasta bailes convierten los semáforos en apetecidos espacios que generan disputas entre muchos artistas con deseo mostrar su talento y otros en búsqueda del pan de cada día. Esta es una situación que según el Dane ha incrementado comparado a años anteriores.
La necesidad económica fue la principal circunstancia que lo llevó a practicar el arte callejero a través de los malabares, el cual hoy, es su sustento diario. Según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif),el incremento salarial para el 2018 no puede superar el 4,5%. Esto quiere decir que pasaría de $737.700 a $779.900. este salario para Andrés antes mencionado, no alcanza para nada y al tener que sostener una familia vio en la calle una oportunidad donde sus ganancias cumplen sus expectativas.
María Jaramillo: ¿Qué lo llevó a practicar este trabajo y por qué no uno formal?
Andrés Holguín: A mí toda la vida me ha gustado mucho el arte, he practicado acrobacias. Alguna vez intente aprender de un modalidad que no ejerzo ya, mi mama me saco a la calle, yo lo hacía por pura diversión y mi madre me llevo a descubrir que podía hacer dinero con esta actividad y esto se volvió en una pasión que se salió de control.
MJ: ¿Usted considera que su empleo es artístico?
AH: Si es bastante artístico, no cualquiera tiene arte en las venas para expresarse. Y hay quienes tienen arte y no lo aprovechan o no lo saben manifestar. Pues para mi arte es todo, desde la silueta de una sombra hasta un objeto en el aire.
MJ: Desde lo económico, ¿es más factible este tipo de trabajos?
AH: Eso depende, uno pasa épocas muy duras. Pues en el momento estoy pasando por una de ellas lastimosamente y pues siempre me ha parecido más factible la calle que un empleo formal, yo en la calle consigo un poquito más del mínimo y me va mucho mejor que en un trabajo, hasta 100.000$ me he sacado en un semáforo, aunque eso no pasa todos días, pero el promedio es de 600$ por semáforo
MJ: ¿Se ve competencia en su trabajo?
AH: Hay mucha competencia, la cosa es que la gente es la mayor competencia de uno, la gente es muy crítica y si uno no hace lo que sabe bien o no ejerce un buen nivel de lo que está haciendo a uno no le va bien.
MJ: ¿Qué se necesita en este trabajo para ser el mejor?
AH: Mucha dedicación, mucha paciencia, esmero y muchas ganas de salir adelante es lo primordial y lo más importante es las ganas de mostrar el arte que se lleva por las venas.
MJ: ¿Cómo usted elige el escenario para practicar su labor?
AH: Uno se fija en muchos aspectos como estar cerca de un mall o un centro comercial de un shopping eso varía mucho, hay zonas que son mucho mejores que otras y hay zonas donde puedo colgar mi cuerda y zonas donde no.
MJ: ¿Qué es lo mejor de su trabajo?
AH: Que tengo mucho tiempo libre para practicar, para disfrutar a mi familia, a mi hija que me divierto mientras juego, eso es lo mejor la diversión y el espacio que me da.
MJ: ¿Qué piensa su familia de este trabajo?
AH: Pues mi familia me admira mucho, aunque otros me dieron la espalda cuando decidí llevar este tipo de vida. Pero los que amo, los que están a mi alrededor les apasiona mucho lo que hago, les gusta mucho y piensan que soy el mejor. Por ejemplo, mi hija que tiene 2 años le he enseñado la práctica telas, hace algo de acrobacia y ahí va.
MJ: ¿Usted cree que su empleo es aceptado por la sociedad?
AH: Hay personas que les gusta mucho el arte y disfrutan mucho de verlo como hay personas que les incomoda y se alarman por el riesgo que uno está asumiendo y sienten una falsa preocupación por uno entonces hay gente que acepta y otra que no hay de todo. Hay lugares en los que no puedo trabajar porque la policía llega y me saca y casualmente son estos lugares en los que mejor plata se hace.
MJ: ¿Qué oportunidades le ha traído trabajar en el arte callejero?
AH: Pues de oportunidades me dio la oportunidad de mantener bien a mi familia y ser bien con mi familia, me dio la oportunidad de ser quien yo soy, de expresarme libremente, de ser libre, yo me considero una persona libre puesto que no estoy atado a ninguna ciudad y a ningún apego por decirlo así, aunque en el momento estoy muy apegado a mi familia.
Para mí el malabarismo es un deporte, una forma de arte y una forma de vida.
Las ganancias del día dependen de la creatividad del personaje, cuando las personas ven algo que los impacta en la muestra artística es más fácil motivarlas a realizar una colaboración y si ellos desempeñan bien su trabajo es más posible llegar a su cometido en el día.
En la práctica de estos trabajos informales los individuos se ven expuestos a las amenazas de la condición de calle, porque estas en su mayoría están implicadas con drogadicción pues la forma de laborar de estos artistas es la moneda rápida. Pero para Andrés un árbol, una soga bien amarrada, unos pinos y un aro son los elementos que usa para crear su sustento y porque no para divertir las calles de la ciudad.