Héroes de la sociedad en el olvido.

Uniforme naranja, coches de basura, palas, escobas, cepillos y otros implementos de limpieza caracterizan a las “escobitas». En ocasiones son invisibles para los ciudadanos, Solo escuchan el roce de sus escobas en el piso cementado, Su título se hace imperceptible, estas personas mantienen limpio cualquier rincón de los barrios y centro de Medellín. Ellos desarrollan una labor que no todas las personas del común estarían dispuestas en realizar.

Para Jhovany Martínez Naranjo, historiador de La Universidad de Antioquia, la labor de estas personas no es sólo del ámbito ambiental o de limpieza pues detrás de este oficio existe un gran esfuerzo social de oportunidad e inclusión social, ya que la mayoría fueron habitantes de calle, madres cabeza de familia y desplazados de conflicto armado que llegaron a la ciudad huyendo de la guerra.

Sandra Giraldo Vélez es una escobita,  empieza su jornada antes del amanecer, dejando listo el almuerzo de sus 3 hijos y su esposo. Se viste de orgullo con su uniforme naranja, y sale desde el barrio Robledo para dirigirse al centro de acopio donde reclama sus herramientas de trabajo. Lleva  aproximadamente tres años en este oficio, y ha tenido varios beneficios que le han ayudado a estudiar y graduarse de técnica ocupacional gracias al convenio que tiene Emvarias con la Fundación Universidad de Antioquia. Este acuerdo se da con un presupuesto de 7 mil millones de pesos, donde el 20% lo aporta la Fundación Universidad de Antioquia y el 80 % Emvarias, garantizando a los 675 operarios, el acceso a la educación básica, media técnica, tecnológica y profesional, además a programas de salud ocupacional, bienestar laboral y gestión ambiental.

Por otro lado, Juan Gonzalo Rodríguez otro escobita emprende su jornada de trabajo son las nueve de la noche se alista para comenzar su labor donde es dejar limpio las calles antes que la cuidad despierte. Vive en trinidad Antioquia, Para dirigirse a su puesto de trabajo usa su bicicleta como medio de transporte, al llegar son entregados los implementos de aseo y son asignadas entre 10 y 14 calles para barrer, una vez terminado su trabajo ya son las 6 de la mañana y la ciudad que apenas comienza a despertar ya tiene lista su gran avenida para que la gente se adueñe de ella.

Él asegura que los días donde hay más trabajo son de jueves a sábado, porque son más frecuentadas por las personas: “mi trabajo es barrer el pavimento de una cuidad en crecimiento, he tenido la responsabilidad de asear las vías de casi todo el centro de Medellín”.

Hace 7 años barrió por primera vez y entre el miedo y el deseo que el día termine pronto su primera jornada pasó, con el tiempo, el orgullo por ser escobita llegó. Ahora, sabe que el sacrifico vale la pena al llegar a su casa y mirar a su esposa e hijastro en el hogar que poco a poco construyó, con un salario mínimo que gana mensualmente.

Frente a la problemática del creciente volumen de desechos arrojados por los transeúntes en la vía pública, existe mucha gente que no cultiva el hábito de la limpieza en las calles, es por ello que constantemente vemos envolturas, papeles, bolsas y otros desperdicios,  es donde  la Labor de las escobitas recogen cada día y son depositadas en sus canecas de basuras. A través de esta actitud, cada persona demuestra los valores y la cultura con la que convive y a la que se ha acostumbrado.

Sin embargo, cabe resaltar, que este no es el principal factor por el cual la ciudad se encuentra en una grave problemática ambiental, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud esto obedece más a los desechos industriales de las empresas que le dan un pésimo manejo a los desechos que deja su producción.

David palacio Zuluaga, ingeniero ambiental, dice que una de las estrategias que utilizaría para educar a la comunidad de una buena administración de residuos, es fomentando educación en las familias, el colegio en donde comparte con compañeros y profesores, ya sea en actividades recreativas, salidas de campos, porque son ellos los principales aportadores de valores y principios para emprender a concientizarlos de un mejor cuidado de su entorno.

Emvarias, la filial del Grupo EPM que se dedica a la gestión y tratamiento de residuos sólidos, continúa avanzando en el desarrollo de su estrategia empresarial Linda Calle Siglo XXI, un plan que cubre a Medellín y sus cinco corregimientos con acciones que apuntan a su fortalecimiento como empresa sostenible, comprometida con el medio ambiente y la calidad de vida de las comunidades. Para el gerente, Javier Ignacio Hurtado, lo que se buscó con la llegada de la empresa al Grupo EPM era el mejoramiento del proceso de manejo de los residuos sólidos, “pero al final de cuentas todo ello se basa también en el fortalecimiento de las personas que trabajan con nosotros”.

Mejorar la calidad de vida fue unos del principal objetivo de los 12 talleres de capacitación y acompañamiento de los que se graduaron 675 operarios de aseo, La ceremonia se realizó en el Teatro Universitario Camilo Torres, en el Campus central.

Martinez, deduce que La educación ambiental en Colombia sigue en pañales a pesar de los esfuerzos de algunas organizaciones ambientales, culturalmente el ciudadano se le dificulta cumplir con los deberes mínimos de cuidado del medio ambiente; por lo que sería difícil que en un futuro no se necesitaran de la labor que hacen las escobitas.

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