Una vida dedicada a la niñez

“¿Y los niños, y los niños, y los niños donde están? aquí profesora dispuestos a trabajar”. Esta es la canción que canta Suliani Gonzales Villa al inicio de cada jornada con los niños del Jardín Infantil Los Pitufos, ubicado en el Barrio Trinidad en Medellín. Desde el año 1999, Suliani se dedica a la docencia de los niños más pequeños, y su guardería que es una institución  privada, cuenta con dos jornadas una en la mañana y la otra en la tarde.

Suliani Gonzales es una mujer de 40 años, de estatura mediana, tez blanca, con curvas  y de cabello castaño claro, ondulado y largo hasta la cintura, y quien ha dedicado 20 años de su vida al trabajo con los niños más pequeños, una labor que en un principio no estuvo dentro de sus planes.

Situaciones que determinaron su vida

Antes de dedicarse a la docencia, Suliani estudiaba artes plásticas pero por motivos económicos no pudo seguir estudiando. “Después de terminar el bachillerato, estudie un año en la Floresta y paré mi estudios por que se me presentaron algunas dificultades”, asegura Gonzales Villa.

En este receso, la Junta de Acción Comunal del barrio le propuso a Suliani Gonzales hacer un trabajo social en un programa que se llamaba Probapaz, que buscaba que los niños que estaban dentro del conflicto armado que se vivía en esa época, tuvieran un espacio para aprender y compartir con otros niños. Gonzales Villa dice que “inicialmente se pensó este proyecto para los niños que fueran hijos de padres que estuvieran dentro del conflicto armado, hijos de expendedores de droga y de sicarios para que tuvieran la oportunidad de convivir en un espacio diferente y apto para su educación”.

Fue en ese momento cuando su vida cambio, se apasionó por trabajar por la niñez y descubrió que esta labor le gustaba y era lo que ella quería hacer.

Continuo sin haber estudiado pero después decidió estudiar cuando quedo al frente del proyecto, que ya se llamaba Los Pitufos, nombre que le concedió Clara Chenfield creadora del proyecto y a quien le gustaban mucho estos personajes. “Fui primero técnica y después fui normalista superior, gracias a la comuna que me brindo el presupuesto participativo”, señala la docente.

Después de estos sucesos en su vida y de los problemas que logro superar, Suliani encontró su verdadera profesión y continuo con el jardín infantil que todavía conserva el nombre de Los Pitufos.

Para ella lo que más le gusta de rodearse de niños no es solo enseñarles, porque dice que también la familia y los aparatos tecnológicos se suman a esta tarea, lo que disfruta es verlos interactuar, jugar y compartir entre ellos. “Cuando estoy con los niños saco la niña que llevo por dentro porque si me tengo que sentar en el suelo lo hago y no me importa si me tengo que ensuciar”, concluye Gonzales Villa.

Martha María Henao Arboleda, lleva tres meses trabajando como docente en los Pitufos y considera que el trabajo que hace Suliani con los niños es excelente porque realizan distintas actividades para mantenerlos ocupados, realizan trabajos, cantan, salen al parque y a otros espacios, y lo más importante es que se lleva a cabo un proceso grupal donde hay cooperación entre todos.

Una labor que despierta pasiones

Se dice que en ocasiones los niños son los que le enseñan a los adultos y para Suliani Gonzales lo que ella aprende de los niños es que los valores que se inculcan en la vida, más que todo en la niñez que es la etapa en donde los seres humanos adquieren los principales valores que les dan los adultos, no se deben perder. “La responsabilidad, el compromiso y la forma de resolver los conflictos cuando se acercan y buscan la ayuda de nosotros los adultos son valores que los niños tienen y nosotros deberíamos de seguir”, concluye.

La felicidad que tienen y le inspiran los niños es lo que la docente considera que le da energías todos los días. Si tiene un problema y llega a la guardería triste, los niños le preguntan y ella con solo verlos y escuchar sus voces le sacan una sonrisa, aprende a ser feliz y a seguir adelante.

Cuando se le pregunta a Suliani que es para ella un niño, se le dibuja una sonrisa en el rostro y su mirada se ilumina cuando habla del lugar que ellos ocupan en su vida. Para ella “un niño es una persona con un  mundo totalmente distinto al otro y eso es algo maravilloso. Yo le puedo aportar elementos para que él vaya creciendo y teniendo fortalezas que le permitan crecer a él como individuo y que le pueda aportar a la sociedad”.

Dentro de la rutina diaria que se realiza en Los Pitufos los niños en compañía de las docentes realizan actividades como el canto de bienvenida en donde por medio de canciones se le enseñan a los niños las vocales, los números y lo que Suliani llama las “palabras mágicas” que son saludar, decir por favor y gracias.

“Hacemos una oración de la forma más respetuosa para los niños que sean de otra religiosa distinta a la mía, y después de orar, tenemos la hora del cuento que no nos puede faltar y en donde al final realizamos algunas preguntas para que los niños participen”. Además Suliani dice que realizan las fichas que son las tareas que hacen los niños en el día, luego toman la lonchera y  después de terminar los niños pueden ir a jugar.

Fuera de estas actividades, también en la guardería  se realizan salidas a la ludoteca, al parque, a la biblioteca, pijamadas y otras actividades que van planeando. En el mes del niño Suliani organiza una salida a un centro comercial en donde llevan a los niños en compañía de algunas madres a la sala de los juegos para que pasen el rato y se diviertan en un sitio distinto a la guardería.

Por otra parte, la docente destaca la importancia de las guarderías en el proceso de formación de los niños y afirma que estos espacios fueron creados para que el bienestar del niño no solo educativo sino también social.  Gonzales Villa asegura que si los niños se quedan en la casa interactuando solo con adultos se le hará muy complicado afrentarse a una sociedad, debido a que no forma relaciones con otras personas porque se le dificulta crear lazos de compañerismo con su entorno.

Trabajar por la niñez es una prioridad en la labor que emprende Suliani Gonzales todos los días y se siente satisfecha porque considera que le está entregando a las escuelas niños bien preparados quienes serán los próximos adultos y el futuro de un país. “Yo les enseño a convivir y me siento orgullosa cuando comparten con sus compañeritos. Lo mejor de trabajar con los niños es que son muy agradecidos por lo que acaban de aprender luego de realizar una actividad y además los recuerdos que me dejan, son momentos que me llenan el alma”.

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