Carolina Cano Rico. (carolina.canoic@funlam.com)
Laura Rivera Monsalve. (laurariveramo@funlam.com)
Geraldine Vargas Montoya. (geraldin.vargasmo@funlam.com)
Era el 12 de octubre de 2016 a las 8 de la mañana, Doris Salcedo se disponía con más de 100 voluntarios, entre ellos familiares, amigos de víctimas del conflicto armado y universitarios, reunidos con la intención de unir más de siete kilómetros de tela blanca en la plaza de Bolívar en la ciudad de Bogotá.
Esta ardua labor se empezó a forjar cinco días antes, con alrededor de 1200 personas dispuestas a cortar y pintar telas, plasmando en ellas los nombres de las victimas que han sufrido la guerra civil con las FARC por 52 años.
El calor humano y la solidaridad que todos allí emitían, aplacaba el clima frío de la ciudad y la derrota del Sí; recordando con cenizas las historias que hay detrás de cada nombre, con la idea de que algo surja de ellas, sea un cambio o un pensamiento en aquellas personas que aún no conciben la paz y la reconciliación.
Doris Salcedo, la autora de esta gigantesca obra llamada “Sumando ausencias”, es una escultora colombiana, motivada por la situación política de su país. Como ella también hay diversas personas dispuestas a llevar a través del arte un mensaje que promueva la paz, y en este caso el fin del conflicto armado con el grupo revolucionario de las FARC.
Patricia Ariza es una de las grandes promotoras de este proceso, motivada por el trabajo en poblaciones afectadas por la violencia. A través del arte ella ha logrado que artistas y victimas trabajen juntos. Actualmente es la directora de la Corporación Colombiana de Teatro y según ella el arte es necesario para descubrir lo que está oculto en la sociedad y poder exponerlo.
Es a través del arte que se pueden expulsar traumas y revivir el pasado gris que padeció nuestro país, además de crear y transmitir sentimientos por medio de representaciones atractivas, creadas por personas que buscan un bien colectivo. Un gran artista logra mostrar aspectos, que en algunas ocasiones son invisibles a los ojos de las personas; es una demostración para operar en la realidad de una manera diferente.
En la ciudad de Medellín, se encuentra disponible un lugar que recuerda a todos los que ingresan a este los hechos que han flagelado a todo un país con el conflicto armado y la violencia; este lugar es llamado Museo Casa de la Memoria: “”Una casa para los de arriba y los de abajo, para los que están vivos y escondidos, para aquellos que no quieren ver, para aquellos que en algún momento se tropiecen y que caigan en ese lugar, creo que debe ser una casa de la memoria para decirle también a los dueños de esta ciudad, y a los dueños de esta sociedad, ustedes han contribuido también a que esas cosas pasen.” Consulta ciudadana con artistas, octubre de 2010.
Gracias al arte, es posible hablar de dolores en un proceso de reconciliación, angustias y heridas que pueden ser sanadas, siendo beneficiarias las personas que han sido víctimas o familiares de éstas. Haciendo parte de una representación artística pueden sentirse incluidos en una transformación de la guerra hacia la paz, todo a través de la exhibición de la libertad, ya sea a través del teatro, esculturas, obras o marchas, entre otros momentos que puede regalarle el arte al país.