La gravedad no es un obstáculo

 

Retar a la gravedad es la idea principal del street workout. Ampollas en las manos y moretones en las piernas fueron las evidencias que quedaron en mi cuerpo después de mi primera clase de esta disciplina callejera, ese viernes de septiembre. Entre barras y pasamanos en un parque de Medellín, se puso a prueba mi fuerza, siempre tomé la frase que aparece en redes sociales acerca de lo que un sabio dijo “no necesitas levantar mucho peso, con levantar el tuyo cada vez que caigas será suficiente” como palabras de motivación personal, pero fue solo hasta que entrené y de verdad tuve que levantar mi  propio peso,  cuando entendí que en realidad con eso bastaba.

En enero del 2017 se cumplieron tres años  del nacimiento del grupo M-7 Rainer, desde entonces todos los miércoles y viernes la cita es a las 6:30 p.m. en el Parque Del Amor, situado al lado de la estación Floresta del Metro, donde se encuentran  jóvenes de diferentes edades, pero todos con la misma idea, mejorar en su disciplina hasta perfeccionarla. Son las  dominadas para trabajar la espalda, paralelas para fortalecer brazos y flexiones de codo, algunos de los ejercicios que se llevan a cabo en estos entrenamientos y como resultado se obtienen en el aire todo tipo de acrobacias empíricas.

Al traducir street workout al español su nombre seria rutina callejera o rutina de ejercicio exterior. Esta disciplina  nace en las calles del barrio  Brooklyn, en Nueva York, como una forma de evasión y diversión para los jóvenes que buscaban nuevos desafíos físicos y una salida diferente a la violencia. Aunque esta disciplina se haya expandido y sea muy practicada en la sociedad actual a nivel mundial, en países como el nuestro es como si fuera un deporte invisible.

En Colombia  donde las oportunidades laborales son limitadas, los jóvenes hacen parte activa de las estadísticas de desempleo (La tasa de desempleo de  jóvenes entre 14 y 28 años registraron en el trimestre julio – septiembre de 2017 fue 16,1. fuente DANE), acompañado de bajos niveles en la educación. Estos jóvenes son quienes toman malas decisiones por el afán de encajar en esta sociedad capitalista que no les deja ver otra escapatoria, o eso piensan ellos en medio  de su situación de exclusión; adicional a esto el no tener acceso a la educación vuelve muy limitadas sus oportunidades laborales.

El deporte se ha convertido en uno de los fenómenos sociales con mayor arraigo, capacidad de movilización y de convocatoria, es por esto que debe ser  tenido en cuenta para la transformación social, “Yo soy un convencido del deporte  como gran motor para generar oportunidades, porque cuando hay un chico en situación de vulnerabilidad, es más fácil llegarle con un balón que con un cuaderno o un lápiz, es más común escuchar que le da  pereza  el tema de la educación e ir al colegio que escucharlo decir que le da pereza ir a jugar fútbol” afirmo  Óscar David Ríos Gil comunicador social y periodista de Indeportes Antioquia.

En el momento que se practica un deporte en  espacios públicos, se producen momentos de interacción y relación entre iguales, comunicación entre desconocidos, contactos e intercambios. Son estos aspectos muy importantes para personas que han llevado una vida de exclusión. Un ejemplo podría ser un joven  víctima del conflicto armado, que ahora quiere y necesita ser parte de la sociedad, para él poder crear nuevos lazos de afinidad y conseguir amigos en su proceso de inclusión es sumamente importante y para lograrlo compartir con personas que tengan los mismos gustos, en este caso Street workout  es la forma más acertada de crearlos.

En medio de música y piruetas Mateo Saldarriaga recordó “hace 3 años atrás, solo éramos cuatro, todos buscábamos más que hacer deporte, una compañía para no tener que entrenar solos y así comenzó M-7Rainer”. Él es uno de los fundadores y entrenadores del grupo. Con el pasar del  tiempo, el número de integrantes aumento tanto que vieron la necesidad de acondicionar el parque con su propio presupuesto, dotándolo con diferentes tipos de  barras, pues el pasamanos que es lo que se encuentra siempre en los parques no daba abasto, ni para los nuevos deportistas ni para el tipo de ejercicios que implican su rutinas.

En esta disciplina no importa el estrato social, la edad, la raza, ni siquiera importa la profesión de cada uno, pues a este parque llegan jóvenes que han dejado atrás las armas y prefieren ir a entrenar. “Yo he visto como diferentes personas del barrio y la comunidad se acercan a nosotros, porque nos ven como un refugió, la mayoría viven en lugares donde la exclusión social por la violencia, la presencia de pandillas, crimen organizado y de drogas son los principales protagonistas. Al venir a entrenar se alejan de esas personas y llevan una vida más sana”, así lo dijo Luisa Hernández  deportista del grupo.

La psicóloga  de la seccional de salud y protección social de la  gobernación de Antioquia  Paula Oviedo, nos contó ” las situaciones  de vulnerabilidad y exclusión repercuten el  bienestar psicológico y por lo tanto en la salud de las personas, es aquí donde debemos diferenciar entre exclusión social  y pobreza , pues no es la mismo, la pobreza se refiere a una condición de necesidad resultante a la falta de ingresos, mientras que la vulnerabilidad tiene que ver con la indefensión, inseguridad y esto se ve reflejado en la ruptura de lazos familiares, marginación social, alteración de los comportamientos y reducción de la autoestima de la persona”

La mayoría de jóvenes que deciden delinquir son jóvenes que viven en situación de exclusión social. Un grupo de psicólogos de la Universidad de Los Ángeles en California (Estados unidos) y de la Universidad Macquarie, de Sydney (Australia) desarrollaron una investigación que les permitió descubrir que “el cerebro humano reacciona de la misma forma cuando se produce una herida física que cuando una persona sufre un episodio de exclusión social. Para los artífices de esta investigación, esta reacción significa que para el cerebro la necesidad de relaciones sociales es tan básica y fundamental como la del alimento”.

Cuando me dirigía hacia el Parque Del Amor, iba algo nerviosa lo debo reconocer, siempre la idea de ser el nuevo da un poco de susto, pero al llegar al entrenamiento me di cuenta que me estaba preocupando por nada, el ambiente fue muy acogedor e inmediatamente me sentí parte del grupo.

El deporte es en la actualidad una práctica con grandes repercusiones sociales y culturales. Desde el siglo XXI el deporte ya no es visto solo como un hobby  que se practique en tiempos libres, este ha pasado a ser para los grupos colectivos que lo practican  un estilo de vida que los lleva a tener hábitos sanos, esto es sin duda alguna construcción de identidades tanto individuales como colectivas, es por esto que tiene gran impacto  y es una herramienta perfecta para la inclusión social.

A los entrenamientos llegan no solo los deportistas si no también los padres de familia, quienes son parte fundamental en el proceso. Don Fabián Osorno padre de familia de 49 años acompaña a su hijo mayor  a practicar Street workout. Él al igual que muchos otros padres piensan que los espacios brindados no son suficientes “yo considero que el estado debe invertir no solo en cachas de fútbol si no que debería haber variedad, no a todos les gusta el mismo deporte, se puede pensar que si hay más opciones habrán más jóvenes lejos de malos hábitos, además donde están los hijos estamos los padres, yo cuando acompaño a mis hijos puedo conocer sus gustos, sus amigos soy parte activa de su vida y eso me hace sentir mucho más tranquilo” fueron las palabras de este comprometido padre de familia.

De mi experiencia puede  concluir, estos espacios más que ser parques o placas deportivas, son puntos de encuentro donde ciudadanos de todo tipo llegan no solo a ejercitarse si no a crecer como personas, elevando su nivel cultural estimulando valores como el respeto por el prójimo, el optimismo y el trabajo en equipo.

 

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