Por: Stefanía Herrán Paniagua
Para empezar a hablar del pop art es importante hablar de su origen y el contexto social en el que se desarrolló. En el siglo XIX con la revolución industrial y el capitalismo instalando en el mundo, el arte era en su mayoría realista y naturalista, hasta que llegó un artista con ideas poco convencionales, Alfred Jarry, artista que dio pie a las vanguardias del siglo XX.
Luego con la primera y segunda guerra mundial se configuró un nuevo arte en la sociedad, la fotografía. Fue una época llena de cambios ideológicos y movimientos sociales. Así se llegó a vanguardias como el impresionismo, el dadaísmo, el expresionismo, entre otras.
Marcel Duchamp, por ejemplo, obligó a pensar la pregunta ¿Qué es el arte?, al poner en una sala de un museo, un orinal (obra llamada “La fuente”) solo para decir al mundo que el arte es arte solo porque está en un museo y porque el autor así lo decide.
Esta acción generó muchas discusiones respecto a la misma pregunta, también llevó a una nueva vanguardia, el expresionismo abstracto, como una expresión desfigurada de la realidad. Cabe aclarar que estas vanguardias seguían sin ser aceptadas por la academia, puesto que no era lo que se consideraba arte en la época, el naturalismo y realismo.
Como contraparte del expresionismo abstracto, nace el pop art con Richard Hamilton, pionero del pop art británico. Las principales oposiciones del pop art contra el expresionismo abstracto eran el realismo contra lo abstracto, lo intelectual contra lo emocional y la estrategia compositiva contra la espontaneidad.
El arte pop intenta reflejar una sociedad que está invadida por la publicidad y el marketing, como crítica a la sociedad de consumo con una visión irónica, que consume más por su forma que por su contenido. A la vez que exalta el papel de la mujer, la sexualidad y los roles de género, hasta ese momento, invisibilizados. Su nombre “Pop” hace referencia a lo popular, a la cultura de masas, por eso se trabajaba con recortes de revistas de los productos emblema de las organizaciones.
En el Pop Art también se encuentran artistas como Andy Warhol, Roy Linchtenstein, Tom Wesselmann.
Luego de este contexto, se puede decir con mucha certeza que el pop art es un arte político pues nace de toda una crítica a lo que era (o es) la sociedad de consumo, a través de la ironía y el sarcasmo. En esta vanguardia, el enfoque político es muy evidente, sin embargo, no significa que sea parte de un grupo de arte político porque a mi parecer, todo arte es político.
No hago esta declaración respecto a que hasta un muñeco que se hace por diversión esté hablando de lo político, porque evidentemente quién lo pinta puede tener una intención de solo entretener y entretenerse. Sin embargo, el proceso que cada autor lleva a cabo para realizar una obra, es político, el hecho de que un artista pueda pintar es político. Intentaré explicar esta afirmación mediante ejemplos.
Vamos a siglos pasados donde sólo se consideraban artistas a quienes pintaban lo más parecido a la realidad. Ahora pongamos a un artista como Andy Warhol en esos tiempos con su arte.
Si en el siglo XX donde ya se tenía precedente de vanguardias que no eran realistas, y aun así su arte generó controversia, ahora en un siglo más antiguo con una iglesia y una aristocracia que tenía mucho más poder de control, probablemente Andy Warhol no habría podido ser tan libre con su arte y quizá también lo hubiera dejado.
Como la sociedad cambia, cambian las instituciones de poder o bueno, se van actualizando junto a la sociedad. Cada país es diferente y cada persona es diferente, pero el hecho de que una persona pueda decir “esto es arte” y lo pueda hacer en plena libertad, es político porque está haciendo uso de su pleno derecho al desarrollo de su libre personalidad y su derecho a la libre expresión, para representar lo que quiera con su arte, aunque eso sea un muñeco de rayas y bolitas.
Es el proceso artístico lo que es político, no el resultado, que muchas veces también lo es. Así como el que una mujer pueda pintar gracias al desarrollo de la humanidad y de los derechos humanos. Es sencillo como el querer poner a una mujer vestida como se hace en Latinoamérica, en un territorio como Afganistán. Ejemplo que, si bien no es en sí arte, sí son situaciones políticas que llevan a que una persona pueda o no pueda hacer determinado acto y el hecho de que cualquier persona pueda pintar lo que quiera sin ser vulnerado en sus derechos, es un acto político.
Otro claro ejemplo es el grafiti. Actualmente en ocasiones se sigue viendo como vandalismo mientras que muchas otras personas lo ven como arte ¿Esto entonces es político o no? Para mí, claro que lo es. Los grafiteros muchas veces son censurados, son perseguidos, aunque solo estén poniendo su nombre en una pared de un lugar público ¿Por qué? Pues todavía estamos en un momento en que la sociedad no ha terminado de ver el grafiti como arte y sí como algo que no está socialmente correcto.
De hecho, no es solo en la pintura que se ve esto, es en todo arte. Veamos un ejemplo en la música. Por estos tiempos, quienes tengan al menos un dispositivo como radio o computador o celular, sabrán, aunque sea vagamente, quién es Karol G. La música de esta mujer no es precisamente política. Sin embargo, su proceso sí. La mujer en la música ha sido históricamente excluida. Siempre ha tenido que demostrar por qué se “merece” un lugar en la escena, mientras a los hombres, aunque haciendo música básica, no se les exige nada. El que Karol G ahora tenga muchas canciones con miles de reproducciones, que pueda hablar en sus letras sobre sexualidad, que se muestre con ropa sensual, es un acto político, aunque precisamente su música en sí no hable de política (Sin embargo, esto da una esperanza para aquellas mujeres que quieren incursionar en la música).
Todo esto debido a los cambios de la sociedad y a los contextos sociales de la humanidad. Hay quienes dicen que no todo arte es político porque simplemente puede querer hacer algo para “pasar el rato” o entretener, pero mientras esa persona esté inmersa en la sociedad, esa persona va a estar en un contexto político que quiera o no se verá reflejado en su arte, dada su idiosincrasia, a su realidad y a su contexto.
Ahora la pregunta para mí no sería si el arte es político o no, sino ¿Qué consideramos arte y qué no y por qué?